Por. Redacción/
Los derechos humanos no son estáticos, sino una pugna incesante por la plena libertad de todos; su promoción, al igual que la defensa de la paz, son una tarea sin tregua, afirmó en la UNAM la expresidenta de la República de Chile, Michelle Bachelet.
Acompañada por el rector Enrique Graue, Bachelet dictó la Cátedra Internacional por los Derechos Humanos y la Paz “Alfonso García Robles”, durante la cual recordó al artífice de los Tratados de Tlatelolco y quien, dijo, “expresó con hechos que la humanidad es capaz de cuidar a los suyos y cerrar el paso a la guerra”.
“Su voz no sólo resonó en México, América Latina y el Caribe, sino que se sumó al amplio coro de los justos, de los que confían en el porvenir. Aquí y allá. Ayer y mañana”.
En el auditorio de la Torre de Rectoría, indicó que pueden cambiar las manifestaciones de los abusos, las formas que se adoptan para su combate, pero lo que no cambia es la misión de la sociedad de exigirse más en el cuidado y respeto de estas garantías, de estar en alerta permanente y no bajar la guardia en la protección de las conquistas civilizatorias.
Ante estudiantes de diversas escuelas y facultades, a quienes definió como “actores de mil batallas, que ayudan a mirar el mañana con esperanza”, la primera mujer en asumir la Presidencia de su país hizo un recuento de cómo la humanidad ha establecido acuerdos para reconocer la libertad e igualdad, los derechos universales y hasta garantías de segunda y tercera generación, relacionadas con la economía, la cultura y valores como la solidaridad.
“A pesar de que la mayoría de los Estados ha ratificado diversos tratados y convenciones, siguen siendo dolorosos los variados rostros de la vulneración de estas garantías en cárceles, zonas de conflicto; con políticas migratorias impresentables, al carecer de acceso a bienes como el agua, e incluso, con el asesinato de defensores de derechos humanos, remarcó.
Quien se ha desempeñado como directora ejecutiva de la Agencia de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género ONU-Mujeres, también expuso que el año pasado hubo 600 marchas relacionadas con la dignidad de la mujer, entre ellas las de Chile.
La defensa de los derechos humanos, reiteró, es una tarea compartida: los Estados tienen la responsabilidad de respetarlos y protegerlos, establecer políticas para su cuidado y garantizar la verdad y justicia a los familiares de la violencia. Y a la sociedad le toca trabajar en la construcción de sociedades justas, pacíficas e inclusivas.
“Por mucho que perfeccionemos los instrumentos jurídicos, nada reemplaza el trabajo cotidiano de dar forma a una convivencia respetuosa con el otro, y eso es y será siempre la democracia”, destacó.
Esta creación humana, prosiguió, es el único régimen basado en las libertades, y pone en igualdad a todas las personas. Su fortaleza es un patrimonio común.
“Como mujer, como médico, como hija, como víctima de la represión, hablar de derechos humanos no me es indiferente. No podemos aflojar; quienes hemos vivido experiencias de derrumbe de la democracia sabemos lo que significa ser testigos de que de un momento a otro lo que parecía impensable sucede.
“Debemos ser consistentes en condenar la violencia en todas sus formas y reivindicar la vocación de nuestros países de vivir en paz y en tranquilidad, porque ni en Chile ni en México puede haber espacio alguno para el miedo o para el temor. Ya hemos tenido suficiente”, insistió.
América Latina es un espacio con gran fuerza vital, que tiene cicatrices, periodos de oscuridad, pero de los que siempre nos hemos levantado “porque somos una tierra pródiga de talentos, de esperanzas y sueños que han traspasados las fronteras para llevar a personas de todos los orígenes a través del mundo”.
Previamente, la directora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), Angélica Cuéllar Vázquez, leyó una semblanza de Bachelet, en la que resaltó los vínculos existentes de México y Chile; además, apuntó que el exilio trajo a la UNAM a grandes pensadores y maestros de los que los universitarios aprendieron mucho. “Bienvenida a ésta su casa, de amor a América Latina, a los derechos humanos, y de la defensa a las personas”.
A la exposición de la cátedra asistieron el secretario General de la Universidad, Leonardo Lomelí Vanegas; la abogada General, Mónica González Contró; el coordinador de asesores del rector, Jaime Martuscelli; el presidente de la Fundación Diplomática “Alfonso García Robles”, Rafael Medina Martínez; y el embajador de la República de Chile en México, Domingo Arteaga.
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