Por: Redacción/
Como parte del análisis de la minuta que reforma diversas disposiciones de la Constitución para crear la Guardia Nacional, especialistas manifestaron sus opiniones y planteamientos sobre la constitucionalidad y convencionalidad de este cuerpo policiaco.
La primera mesa de discusión fue moderada por la senadora Claudia Ruiz Massieu, del Grupo Parlamentario del PRI.
Sergio López Ayllón, director del Centro de Investigación y Docencia Económicas, señaló que si bien la minuta establece de manera expresa que la Guardia Nacional tiene un carácter civil, otras de sus disposiciones contienen elementos que generan una evidente contradicción y crean “un hibrido constitucional muy peligroso”, pues indican que su operación recae en el ámbito militar.
Advirtió que este tema podría ser llevado a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), organismo que podría declarar la inconvencionalidad del mando castrense de la Guardia. Ya se ha pronunciado enfáticamente sobre los riesgos que implica el uso de militares en tareas de seguridad pública, precisó.
En este sentido, propuso modificar la minuta para que, sin ambigüedad, se establezca que este cuerpo policiaco sea un órgano inequívocamente civil. Planteó un régimen transitorio que genere las condiciones para la entrada de la Guardia y el retiro de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública.
En su oportunidad, Santiago Corcuera Cabezut, catedrático de la Universidad Iberoamericana, pidió a los senadores que, ante las contradicciones que contiene la minuta, ésta sea rechazada.
Recordó que los tratados internacionales que ha suscrito el país generan obligaciones y responsabilidades del Estado mexicano frente a la comunidad internacional. Si la Guardia no se ajusta a dichas obligaciones, eventualmente llegará el momento en que la CIDH declare inconvencional esta reforma constitucional.
El Doctor en Derecho, Álvaro Vizcaíno Zamora, afirmó que quien debe hacerse cargo de la seguridad interior del país es una institución intermedia entre policía y ejército; una gendarmería o guardia civil o nacional y, excepcionalmente, las fuerzas armadas. Lo más rápido, dijo, es crear una fuerza intermedia entre policías y fuerzas armadas, con elementos del Ejército, Marina y Policía Federal, pero no es lo mejor.
Aclaró que la base para la creación de la Guardia Nacional no debe ser la Policía Federal, ya que debilita una de las mejores instituciones del gobierno para realizar tareas de seguridad pública. El especialista agregó que la Guardia no requiere sólo de un mando civil, sino de un “ADN civil”, pero sobre todo, de una planeación y presupuesto que refleje la importancia que el Estado mexicano da a la principal propuesta de seguridad del sexenio, pues el recurso destinado no alcanza para su implementación.
En su oportunidad, Julio Ángel Sabines Chesterking, Maestro en Administración Militar para la Seguridad y Defensa Nacionales, dijo que la Guardia no tiene como objeto la defensa nacional ni actuará como coadyuvante en tareas de seguridad pública. Tendrá un mando estratégico dependiente del secretario de Seguridad Pública. Además, cumple con tratados internacionales, plantea funciones policiales y no de defensa nacional, ni de ataque al enemigo, y su formación será distinta a la de las otras fuerzas armadas.
La Guardia es respetuosa del federalismo y plantea coordinación con los gobiernos locales. No reemplaza los cuerpos de seguridad pública locales, ni cambia su obligación constitucional de brindar seguridad. Tampoco viola los derechos humanos y cumple con los lineamientos de las Naciones Unidas en la materia. Aprobar la nueva figura, es una victoria para el sistema de justicia y democracia, subrayó el especialista.
Samuel González Ruiz, consultor internacional, reconoció que México está en una crisis de seguridad pública porque, como Estado, “no fuimos capaces de establecer un sistema de justicia penal adecuado” ni de construir la policía que se merecen los mexicanos, “a pesar de los miles de millones de dólares” que se han gastado para ello.
Dijo que se requiere una policía o Guardia Nacional que pueda desarrollar sus funciones, de conformidad con el pleno respeto a los derechos humanos.
Raúl Mejía Garza, profesor de Centro de Investigación y Docencia Económicas, expresó que si fuese cierto que la Guardia Nacional está planteada como una institución de carácter civil, para tareas de seguridad sería incensario hacer modificaciones constitucionales.
A su vez, José Luis Caballero, catedrático de la Universidad Iberoamericana (UIA) expuso que hoy vivimos una realidad donde las Fuerzas Armadas actúan bajo normas militares. La ruta a seguir, es el fortalecimiento de nuestras policías.
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