- Señala la activista que la “Ley Olimpia” no hubiera sido posible sin el apoyo de las y los legisladores; sin embargo, aún quedan pendientes en esta materia.
Por: Redacción/
La activista Olimpia Coral Melo resaltó, ante el Pleno de la Cámara de Diputados, la importancia de crear alianzas para eliminar el sistema patriarcal y el machismo; ya que se ha dejado a la rebelión como único camino para las mujeres por el abismo que existe entre el Estado, el mercado y la sociedad.
“El machismo asesina cada dos horas a una mujer en este país y el feminismo no mata a nadie. La deuda que se tiene con nosotras es muy grande”, sostuvo desde la tribuna, en el marco de la sesión solemne por el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
“Las mujeres sostenemos al mundo con nuestros trabajos forzados de dobles jornadas no remuneradas y eso ya lo tenemos que abolir. De nada sirve tener poder, si este poder le sirve al patriarcado”, manifestó.
La activista de Puebla impulsó una legislación contra la violencia digital, denominada la “Ley Olimpia”, la cual surgió después de que un video sexual de ella difundido y viralizado sin consentimiento.
Reconoció que esta Ley, que se publicó el 2 de junio de 2021 en el Diario Oficial de la Federación, no hubiera sido posible sin el apoyo de las y los legisladores de cada estado, y que fue acompañada por casi todos los partidos políticos; sin embargo, aún quedan pendientes en esta materia.
“La ‘Ley Olimpia’ no sólo es un conjunto de reformas, es una causa para que las niñas y las mujeres estemos seguras también en Internet. Sabemos que no es la panacea y hay mucho por hacer, pero que nadie nos diga señoras y señores que cuando luchamos las mujeres no sirve de nada”, puntualizó.
Aseguró que el reconocimiento de los derechos de las mujeres ha sido conquistados, no otorgados “Nosotras no nacimos con derechos, tuvimos que pelearnos uno a uno y ello incluye el reconocimiento penal de la violencia digital, que tardó años y representó también la resistencia de muchos legisladores que en su momento nos prejuzgaron, nos agredieron y nos cerraron la puerta”.
La activista pidió a las y los diputados cuestionar el sistema patriarcal y no sólo escucharla a ella que está en tribuna; sino también a las miles de mujeres que están en las calles.
“No podemos presumir de transformaciones ni revoluciones sin nosotras. En muchas ocasiones he escuchado decir a muchas personas, esas no son las formas, con esas protestas no, con violencia no. ¿Cuáles son las formas, entonces? ¿Cuánta más violencia debe haber para indignarnos por la forma en que se normaliza a diario el odio por ser mujer?”, aseveró.
Demandó a los partidos políticos no utilizar más estas causas como botín, “portar un símbolo feminista no debería servir al capitalismo, mientras que para los partidos políticos usar un pañuelo verde, morado, naranja significa votos, aceptación, moda, para nosotras portar uno de ellos a veces significa una sentencia de muerte”.
“Porque no es lo mismo habitar un mundo siendo mujer que habitar un mundo siendo hombres. ¿A los hombres y a las mujeres nos puede pasar la misma violencia? Claro que sí, pero no se vive igual”.
Coral Melo llamó a tener conciencia de escuchar sin violentar o revictimizar, “sin llamarnos locas, sin llamarnos feminazis”.
Se debe perseguir a los agresores y responsabilizarlos a ellos; de dejar de normalizar como usos y costumbres el obligar a casar a una niña y reconocer que se trata de pedofilia; y recapacitar sobre la utilización de las mujeres como carne de cañón para los cárteles de la droga; así como no criminalizar la protesta.
“Tener conciencia es hacernos responsables de nuestros privilegios, porque no es igual la violencia que se vive siendo mujer a la violencia que se vive cuando eres mujer lesbiana, indígena, afrodescendiente o por discapacidad.
También exigió que se legisle la despenalización del aborto y educación sexual integral y generar una política de anticonceptivos.
“Tener conciencia es dejar tus creencias a un lado y hablar por los derechos. Es cuestionar el poder de la propiedad privada sobre el cuerpo de las mujeres. Mi pañuelo verde no te obliga a abortar. Tu pañuelo celeste sí me obliga a parir. El mío es una opción, el tuyo es una tortura”, argumentó.
“El miedo, el miedo cambió de bando, señores. Y un día sus hijas, sus nietas y todas las generaciones de mujeres no vivirán lo que nosotras vivimos, porque la ‘Ley Olimpia’, las luchas de mis compañeras, las luchas de todas y el feminismo es para que lo que no fue para nosotras, sea para sus hijas, sea para ellas, sea para las que vienen”, concluyó.
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