Por: Redacción/
Los grandes descubrimientos logran cambios trascendentes en la humanidad, y el de Luis Ernesto Miramontes Cárdenas, estudiante de Química de la UNAM, empoderó a las mujeres de todo el mundo, ayudó a los gobiernos en el control de la natalidad y contribuyó la planeación familiar: sintetizó la noretisterona, ingrediente activo de la píldora anticonceptiva que toman millones de mujeres en casi todo el mundo.
Hace aproximadamente 70 años (15 de octubre de 1951), cuando apenas tenía 26 años de edad y estudiaba el posgrado en la UNAM, el investigador mexicano desarrolló los primeros anticonceptivos orales, que contribuyeron al cambio de la formación y concepción social de la sexualidad, con lo cual la mujer asumió el control.
A 15 años de su deceso (13 de septiembre de 2004), y propuesto como candidato a obtener la Medalla Belisario Domínguez, la Universidad Nacional recordó su legado en conferencia de medios, a la que asistieron sus hijos Luis, Pedro y Gabriela Miramontes Vidal; además de Blas Flores Pérez, jefe del Departamento de Química Orgánica de la Facultad de Química (FQ); y Ruth Jaimez Melgoza, coordinadora de Investigación en el Departamento de Farmacología, de la Facultad de Medicina (FM).
Gran impacto
El trabajo de Miramontes Cárdenas, alumno, académico e investigador de esta casa de estudios, es equiparable con aquéllos que han logrado el Premio Nobel; aunque no obtuvo el galardón, sí fue consciente del cambio social que generó, por lo que se sentía muy orgulloso.
“El poder de la mujer para decidir qué hacer con su cuerpo le dio gran satisfacción”, comentó su hijo Luis en el edificio Mario Molina, de la FQ. “Él decía que no creó la píldora, pero sí la hizo posible”.
Gabriela Miramontes añadió: “era una época diferente. La educación sexual no existía, recibíamos orientación de la madre, de la abuela o las tías. Él manifestó su orgullo al ver que en muchos países las mujeres podían controlaran su cuerpo y el momento de tener o no tener hijos”, lo que las catapultó en el mercado de trabajo y detonó su diversificación laboral.
De los inventos más importantes
Por su trabajo, Miramontes Cárdenas es considerado uno de los cinco investigadores latinoamericanos más sobresalientes de todos los tiempos (BBC, 2009) y uno de los ingenieros químicos que cambiaron el mundo (revista TCE Today, 2010).
En 2000, la noretisterona fue nominada una de las invenciones más significativas en los últimos dos mil años por personajes que incluían a Premios Nobel. En 2003 fue nombrada una de las 17 moléculas más importantes en la historia. En 2004, la vigésima más relevante de todos los tiempos, en Reino Unido. En su momento, la oficina de patentes de Estados Unidos también consideró la píldora uno de los 60 inventos más importantes de la humanidad.
Jaimez Melgoza refirió que en los países en desarrollo hay unas 214 millones de mujeres en edad fértil que desean posponer o detener la procreación, pero no utilizan ningún método anticonceptivo moderno.
En México, una de cada dos adolescentes (12 a 19 años) ha iniciado su vida sexual y podría quedar embarazada si no utiliza algún tratamiento preventivo, por lo que el trabajo de Miramontes Cárdenas abrió la puerta para que tengan mayores oportunidades, afirmó.
En 2005, una evaluación de la Academia Mexicana de Ciencias concluyó que la síntesis de la noretisterona es la mayor contribución científica de nuestro país al mundo, y en 2010, Innovadores de América nombró a Miramontes Cárdenas como uno de los iconos y leyendas de este continente. En una lista de grandes inventores, USA Inventors Hall of Fame, aparece junto a Pasteur, Alba Edison, los hermanos Wright, Goodyear.
Hace algunos años surgió la iniciativa para que la Cámara de Senadores le otorgue la Medalla Belisario Domínguez, por lo que sus hijos se han acercado a las instituciones en las que trabajó, como la UNAM, laboratorios especializados y otras instituciones, para apoyar la propuesta.
Los inicios
Miramontes Cárdenas nació el Tepic, Nayarit (1925); sus primeros años los pasó en un ambiente rural, con apoyo de su madre y su tía, ambas profesoras, quienes fomentaron en él la curiosidad científica.
Llegó a la Ciudad de México becado por el gobierno de Nayarit para ingresar a la Escuela Nacional Preparatoria, en San Ildefonso, y después a la Escuela Nacional de Ciencias Químicas, hoy Facultad de Química, donde se tituló como ingeniero químico.
Luego de la Segunda Guerra Mundial se buscaban mejores fármacos para el control y curación de diversas enfermedades, entre las sustancias de interés se encontraba la norestisterona, poderoso agente antiovulatorio que se podía obtener del barbasco o cabeza de negro (Dioscorea composita), utilizada por mujeres indígenas por sus efectos en la reproducción.
Pero obtenerla era sumamente costoso, por tratarse de una planta trepadora silvestre que difícilmente puede ser domesticada, lo que hacía urgente conocer el compuesto activo que tenía el efecto antiovulatorio, expuso Flores Pérez.
Hacia 1949, George Rosenkranz (químico mexicano especialista en esteroides) recibió el encargo del laboratorio Syntex para integrar un equipo de trabajo en México y hacer estudios de síntesis de progesterona; así, en colaboración con la UNAM iniciaron este trabajo en el que se incluyó a Miramontes, entonces estudiante de posgrado, quien dos años después sintetizó la noretisterona.
En agosto de 1961 salió al mercado de Estados Unidos la píldora anticonceptiva y generó polémica con los conservadores y la Iglesia. Hubo una oposición más grande que la de ahora sobre la legalización de drogas como la mariguana.
Usar “la pastilla” era pecado y era causa de excomunión. Muchas feministas, que tenían clínicas de educación sexual, acabaron en la cárcel. Un caso muy sonado fue el de Margaret Sanger, que fundó una clínica de planificación familiar, algo prohibido.
Finalmente, Pedro Miramontes Vidal rememoró: “sintetizar la noretisterona no le representó ingresos adicionales, aun así siempre fue generoso. Ayudaba a quien se lo pidiera. Mi mamá le decía que debía cobrar porque iban a patentar, pero a él no le importaba. Hace falta gente como él, con su nivel de conocimiento, humildad y generosidad”.
Miramontes Cárdenas tuvo 10 hijos, muchos dedicados a la ciencia: químicos, científicos, médicos, historiadores, bibliotecólogos, veterinarios; nueve de ellos estudiaron en la UNAM. Sus 15 nietos son resultado del poder de decisión que otorga el anticonceptivo; dos de ellos, José Antonio e Isabel (geofísico e historiadora, respectivamente), acompañaron a su madre, Gabriela Miramontes, experta del Instituto de Investigaciones Estéticas.
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