Por: Redacción

Entre 1940 y 2004 se registró la aparición de 335 nuevos padecimientos infecciosos en poblaciones humanas. Cerca del 60 por ciento provienen de animales y de éstos, el 70 por ciento son provocados por la fauna silvestre, expuso Antonio Lazcano Araujo, académico de la Facultad de Ciencias de la UNAM.

Al impartir la charla Un observatorio de virus: el vigía y el faro, Lazcano Araujo agregó que en los últimos 25 años han surgido diversas afecciones de este tipo, como la influenza H1/N1, el SARS, la influenza aviar, el hantavirus, el HIV/sida, el ébola y el zika.

¿Cuál será el agente de la siguiente epidemia, es decir, el que brincará al hombre?, preguntó Lazcano. “Con seguridad será un virus de ácido ribonucleico (ARN), pues la probabilidad de que ocurra es mayor. Aunque los virus no están vivos, evolucionan con mecanismos comunes a los organismos”, dijo y agregó:

“El éxito de los virus de ARN en este rubro se debe en parte a que se mueven en un nicho en donde no compiten contra entidades con genomas del ADN”.

En el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC), el académico explicó que pese a la enorme diversidad de virus de ácido ribonucleico, éstos se pueden clasificar en pocos grupos y por ello ha persistido la idea de que la aparición de nuevos es algo raro.

“Sin embargo, este planteamiento no funciona para las especies virales. Además, no se puede predecir el origen de tipos o variantes nuevos”, acotó.

Las nuevas apariciones no sólo son un evento médico o social, sino biológico. Así como ningún dinosaurio pudo anticipar la expansión de los mamíferos, nosotros no podemos vaticinar algo similar, enfatizó Lazcano.

“No obstante, sí podemos ver los procesos retrospectivamente cuando aparece una epidemia de virus de ARN”, indicó.

El cambio de hospedero se facilita si las especies involucradas son cercanas. Por ejemplo, no hay grandes diferencias entre un chimpancé y el hombre; eso permitió un brinco del retrovirus de estos simios a las personas, aseguró Lazcano.

La evolución biológica es un proceso multifactorial, por ello es imposible predecir qué mutaciones se fijarán en una población, pero sí es sencillo anticipar el surgimiento de las resistentes a los antivirales y los procesos ecológicos que pueden propiciar epidemias futuras, dijo.

Hoy, la transmisión interespecífica de patógenos se ve favorecida por la densidad poblacional humana, la biodiversidad y los cambios del uso de suelo. Asimismo, fenómenos sociales como la urbanización, conflictos bélicos y el sistema de transporte de viajeros y mercancías facilitan este proceso, concluyó.