Por: Redacción
Entre la zona rocosa del Pedregal de San Ángel se erige un edificio de uso exclusivo para el sonido más detallado: el Laboratorio de Acústica y Vibraciones del Centro de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico (CCADET) de la UNAM, que funciona completamente acondicionado desde 1994.
El objetivo es potenciar sus tres cámaras acústicas especializadas: reverberante, anecoica y de transmisión, que son altamente masivas, de doble pared de concreto sólido de 30+30 centímetros de espesor, con un espacio aislante de aire intermedio a fin de proporcionar mayor aislamiento y absorción de sonido, explicó Felipe Orduña Bustamante, coordinador del Grupo de Acústica y Vibraciones de esa entidad universitaria.
“Esta infraestructura proporciona condiciones de trabajo que cumplen con las normativas internacionales que regulan las mediciones acústicas para distintas aplicaciones. El Laboratorio cuenta con instrumentación diversa: micrófonos de medición, fuentes, sensores y generadores de vibración, acondicionadores de señal, analizadores de señal de varios canales, equipo de cómputo y programas especializados”, precisó.
Resulta difícil entender con exactitud la voz hablada cuando hay muchos ecos, así como en la cámara reverberante, de persistencia acústica, que tiene básicamente dos aplicaciones.
“Una es medir la absorción acústica de materiales que se utilizan para el acondicionamiento de teatros, auditorios, estudios de radio, televisión y de grabación. Aquí se determina la absorción acústica de materiales como hule espuma, textiles, así como aquellos que se colocarán en las paredes y alfombras, entre otros”.
También acondicionada en un cuarto de doble pared, en la cámara anecoica todo es acolchado. Las paredes, techo y piso remiten a lo lúdico, porque todo es de esponja.
“La disposición de cuñas de hule espuma en las superficies neutraliza prácticamente todo el sonido; se trata de que éste, una vez que se emite, se absorba de manera inmediata al llegar a las paredes a fin de determinar las características de direccionalidad de una fuente, como instrumentos musicales, altavoces y dispositivos que emitan sonido”, expuso.
La cámara de transmisión, aparentemente despoblada, se divide en dos cuartos; en medio puede construirse una pared de diferentes materiales para hacer pruebas de transmisión de sonido de un espacio a otro.
“Según el material con el que se levante ese muro es la capacidad de aislamiento que posee. Esto tiene mucho que ver con la edificación de unidades habitacionales, escuelas, hospitales, oficinas y toda estructura donde la separación sea con una pared, pues es importante conocer el aislamiento acústico que proporciona”, indicó.
El grupo Acústica y Vibraciones comenzó en 1981 de manera académica, y el Laboratorio inició su construcción en 1985; en 1994 se terminó de acondicionar este espacio.
“Somos tres investigadores, tres técnicos académicos y una población fluctuante de entre 10 y 20 estudiantes, que vienen principalmente de Ingeniería, Física y Música”, apuntó Orduña Bustamante.
En el ámbito de la docencia y la formación de recursos humanos el grupo tiene presencia en los posgrados en Ciencias Físicas, Ingeniería y Música de esta casa de estudios; también tiene participación frecuente en otras áreas como arquitectura, psicología y medicina.
De igual manera, colabora con el Centro Nacional de Metrología (Cenam), con la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial del DF (Paot) y con la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
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