Por: Redacción/

“Borras” es “Borras”, dentro y fuera del filme “Roma” de Alfonso Cuarón. Él es tal cual: un perro agradecido con quienes lo rescataron del cautiverio y del delicado estado de salud en el que lo hallaron.

No está nominado al Oscar, pero su mejor premio fue ser hallado por Manuel Montero, y que él lo pusiera a disposición de una médico veterinario especializada, como Adriana Cruz Frías.

Adriana es egresada de la Universidad Autónoma Metropolitana, y actualmente es alumna del módulo II del Diplomado a Distancia en Medicina, Cirugía y Zootecnia en Perros y Gatos de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la UNAM.

En el bagaje informativo de las redes sociales ella ha cobrado notoriedad por su trabajo con el perro “actor”, pues hizo público, en su estricta faceta como veterinaria, cómo ayudó en la rehabilitación de “Borras”, pero no ha sido el único canino que ha socorrido en su trayectoria profesional.

“Es importante dar seguimiento a un perro rehabilitado y con signos de maltrato, porque muchas veces no sabes por qué fueron abandonados o echados a la calle; pueden tener problemas de agresión hacia los niños, con otros animales o con su misma especie. Muchas veces se desconocen esos conflictos y se presentan hasta después de que fueron adoptados”, puntualizó.

Cruz Frías, quien es también entrenadora canina e integrante vocal de la Asociación Mexicana de Adiestradores de Perros A.C., señaló que después de la adopción es cuando verdaderamente debe iniciar el trabajo con un entrenador profesional, porque algunas organizaciones y casas de adopción ceden a los animales sin haberlos transitado por un proceso de rehabilitación.

Aunque no existen cifras oficiales, organizaciones no gubernamentales estiman que en el mundo existen aproximadamente mil millones de perros; de ellos, sólo 250 millones están en calidad de “mascotas”, los otros 750 millones no tienen “dueños” humanos.

Estrellas

La alumna de la FMVZ dijo que la sensación de mirar a “Borras” en “Roma” es la misma que cuando ve a otros perros que han llegado en las mismas condiciones a su consultorio, y que fueron rehabilitados.

“Ellos acaban siendo las estrellas de sus familias; en este caso ‘Borras’ resultó ser la ‘estrella’ de una película, pero para mí es lo mismo”, subrayó.

Adriana reiteró que su primer acercamiento con “Borras” fue cuando Manuel Montero, su dueño e integrante del staff de la película “Roma” (aparece en los créditos como su encargado), lo llevó a consulta. “Ahí no era ‘Borras’ el perro actor, sino un animalito que acababa de hallar en la calle, amarrado a una barda, con un avanzado grado de desnutrición, bronquitis, problemas de conjuntivitis y sarna; estaba muy deprimido y asustado.

“Supe que ‘Borras’ iba a estar delante de una cámara cuando Manuel Montero –también entrenador– me comentó que le habían pedido buscar a un perrito con ciertas características; le comenté que el ejemplar que buscaba se parecía mucho al que me había llevado, y así empezó su historia”.