Por: Redacción
En el mar, los crustáceos y los poliquetos polinizan las flores submarinas de forma similar a como en la tierra lo hacen los insectos con las flores, descubrieron expertos en pastos marinos de la Facultad de Ciencias (FC) y del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL) de la UNAM.
Se nombró a esta nueva manera de polinización “zoobentofilia”, que es el traslado de polen por animales en el bentos (del griego, asociados a fondos marinos).
El hallazgo, publicado en la revista Nature Communications, está encabezado por Brigitta I. van Tussenbroek, investigadora de la Unidad Académica Sistemas Arrecifales Puerto Morelos, Quintana Roo, del ICMyL.
Pastos y praderas en el mar
En el mar las plantas con flores son conocidas como pastos marinos (o fanerógamas marinas) y pueden formar praderas extensas. Son importantes como productores primarios, alimento (para manatíes y tortugas, entre otros), estabilizadores de arena y mitigadores de los efectos del cambio climático global, pues secuestran carbono en sus sedimentos.
Muchos animales habitan y obtienen refugio entre sus hojas y/o en sus fondos arenosos. La mayoría de los organismos pequeños (de unos cuantos milímetros) son de hábitos nocturnos; se esconden en la arena en el día y salen en la columna de agua por la noche.
El hallazgo de la polinización zoofílica (por animales) en este ambiente comenzó desde hace algunos años, cuando descubrieron que las flores masculinas del pasto marino Thalassia testudinum abrían al iniciar la noche, posiblemente para evitar ser comidas por peces herbívoros que son activos durante el día.
En las plantas terrestres la polinización nocturna está asociada a animales que permanecen activos durante la noche, como murciélagos, escarabajos o polillas; en tanto, en el mar (según se observó en filmaciones nocturnas) los pequeños crustáceos y poliquetos son los que visitan las flores (https://www.youtube.com/watch?v=B7VLBhQ-rQo).
En el estudio, los investigadores mostraron, a través de experimentos en acuarios y estanques, que estos pequeños animales comen los granos de polen de los estambres de las flores masculinas y los transportan a los estigmas de las flores femeninas.
Estos granos se adhieren a diferentes partes del cuerpo de los organismos mediante un mucílago pegajoso. Los estudios histológicos reconocen que los granos depositados en los estigmas germinan y forman tubos polínicos.
En el mar, el polen se transporta por corrientes (hidrofilia). Al excluirse el flujo de agua en los acuarios o los estanques, los únicos vehículos de transporte son los invertebrados; en los experimentos realizados donde no hubo invertebrados las flores femeninas no se polinizaron.
Este descubrimiento es importante porque muestra un fenómeno que pudo ser significativo en la evolución de los pastos marinos (que son de origen terrestre), pues posiblemente jugó un papel en la transición de polinización en la tierra por insectos, a la que ocurre en el medio acuático por sus equivalentes ecológicos.
También es una contribución valiosa al conocimiento de la reproducción sexual de los pastos marinos, en general, y a la especie de Thalassia testudinum, en particular, al presentar un nuevo mecanismo de polinización.
Además, la reproducción sexual, que da por resultado la producción de semillas, es importante para mantener la variedad genética de las poblaciones, y para colonizar áreas donde las praderas ya no existen por desastres naturales o antropogénicos. Lamentablemente, muchas praderas de pastos marinos están desapareciendo en los mares mexicanos y en el mundo por falta de polinización y producción de semillas.
Polinización por animales
En ambientes terrestres la polinización por animales juega un papel vital en la naturaleza, como un servicio de regulación de los ecosistemas. Se calcula que del cinco al ocho por ciento de la producción global depende de este proceso y que casi el 90 por ciento de las especies de plantas con flores dependen en parte de esos seres para la transferencia del polen.
El desempeño de este tipo de vegetación es crítico para el funcionamiento continuo de los ecosistemas al generar alimento, ser hábitat y almacenar carbono y otros recursos.
El trabajo de los universitarios permite reconocer que las plantas con flores en los mares siguen los mismos principios que las terrestres, sumándose poliquetos y crustáceos a más de 20 mil especies reconocidas por ser la fuente de múltiples beneficios a la sociedad y la vida marina.
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