Para evitar que la fiebre amarilla, el dengue, chikungunya, virus del Nilo Occidental, malaria, paludismo o zika afecten a los seres humanos, ingenieros bioquímicos del Instituto Politécnico Nacional (IPN) desarrollan un repelente en crema a base del árbol de Neem que, a diferencia de los productos comerciales, protege la piel por ocho horas y es amigable con el medio ambiente.
La mayor parte de los repelentes para insectos en sus diversas presentaciones, como pueden ser lociones, geles y rociadores están elaborados a base de agua, ello limita su duración a cuatro horas sobre la piel, además que en su gran mayoría contienen un compuesto químico denominado DEET (N,N–Dietil-meta-toluamida).
Los politécnicos comentaron que en las zonas tropicales donde abundan los mosquitos y, en épocas de calor, la gente tiende a aplicarse con frecuencia repelentes con DEET. El problema es que su efecto disminuye a causa del sudor, exposición al agua y evaporación, además muchos desconocen que debe ser aplicado con sumo cuidado porque es alergénico y en cantidades excesivas o de uso prolongado resulta tóxico.
El producto desarrollado como proyecto de tesis por la estudiante de Ingeniería Bioquímica, Yarendi Vargas Escamilla, bajo la asesoría del profesor Alejandro Jaime Carreto Sosa, de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (ENCB), cuenta con una sustancia insecticida derivada del aceite del fruto de la azadirachta indica, mejor conocida como árbol de Neem, por lo que resulta inocua para uso epidérmico en personas de cualquier edad.
Además, tiene una absorción de 30 segundos y efectividad de ocho horas, de acuerdo con los estudios de eficacia del repelente realizados por especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Debido a los resultados obtenidos, la pasante y su asesor buscarán los derechos de patente de la fórmula y su posterior comercialización, para lo cual se han apoyado con las autoras del pesticida orgánico Biogeneser, producido también a partir del aceite de Neem: Sarai Vargas Vázquez, Mara Olivia Alcántara Uribe, Ilse Gallardo Sánchez, además de la egresada Yanin Villalpando Ojeda, todas ingenieras bioquímicas de la ENCB.
Los politécnicos consideraron de suma importancia el desarrollo de un repelente efectivo para moscos porque, de acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 2 mil 500 millones de personas en alrededor de cien países tienen riesgo de contraer dengue y se presentan más de 600 mil defunciones al año en todo el mundo por paludismo.
Tan sólo en México, la Secretaría de Salud ha reportado la presencia de 80 casos de infección por zika en ocho estados del país y más de 3 mil afectados por el virus del chikungunya, razón por la que los politécnicos buscarán comercializar el producto.
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