Por: Redacción
Investigadores y egresados de la Unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) crearon la empresa Vehículos Eléctricos Corporativos (VEC) para promover el uso de ese tipo de automotores en México.
Con más de 20 años de estudios sobre el diseño y el desarrollo de esas unidades –como parte del programa de electromovilidad– el equipo de trabajo ha creado autobuses de pasajeros hasta para más de cien usuarios, así como de carga con capacidad superior a una tonelada y media.
El maestro José Juan Martínez Nates, profesor del Departamento de Energía y fundador de VEC, explicó que los principales beneficios consisten en la reducción de hasta 30 por ciento de las emisiones contaminantes –en comparación con los de combustión interna– y el ahorro por concepto de mantenimiento, por lo que resultan sustentables, eficientes y adecuados para el medio ambiente.
Un cuestionamiento común al autotransporte eléctrico es que, aun cuando no contamina la zona donde opera, las termoeléctricas que producen la electricidad sí lo hacen. No obstante es más fácil controlar la polución en una planta generadora, que la emanada del parque que circula en la ciudad, lo cual representa una ventaja importante, apuntó.
El costo de fabricación es menor a un tercio, en relación con uno de combustión interna, convirtiéndose en una opción de servicio, tanto de transporte colectivo como de carga debido a sus características de sustentabilidad ecológica y económica.
El investigador afirmó que la inversión estimada del autobús eléctrico es de 320,000 dólares, menor a las versiones estadounidenses o europeas que rondan los 900,000 dólares. Un tracto trolebús de piso bajo costaría entre 250,000 y 280,000 dólares.
El importe por kilómetro recorrido del vehículo eléctrico colectivo es de 1.38 pesos, mientras que su equivalente a diésel es de cinco pesos; un tracto trolebús tiene un coste de 2.5 pesos por kilómetro y su igual en diésel de nueve pesos; la unidad eléctrica de carga implica un gasto de 0.36 centavos por kilómetro, contra un 1.34 pesos respecto de uno a diésel.
Otra ventaja es que las refacciones de los automotores eléctricos podrían manufacturarse en el país, descartando así meses de espera en recibirlas desde el extranjero, como sucede en la actualidad.
El maestro Martínez Nates indicó que VEC ha desarrollado proyectos de transporte individual logístico y de pasajeros. Las versiones de autobuses colectivos pueden suministrar la energía eléctrica en 45 segundos en cada estación, por lo que esa acción puede realizarse durante el ascenso y descenso de usuarios. Con capacidad para cien personas pueden alcanzar una velocidad máxima de 80 kilómetros por hora.
La empresa cuenta con los recursos necesarios para diseñar automóviles, “pero no para producirlos porque las inversiones son muy grandes”: del orden de hasta 50 veces más de lo que se requiere para armar una unidad. La fabricación está programada para una etapa posterior, porque además “necesitamos encontrar firmas nacionales que estén dispuestas a invertir cien por ciento” de los procesos de producción.
La iniciativa de crear VEC surgió de un proyecto desarrollado con la compañía DINA a inicios de 2000 que si bien fue un éxito tecnológico, no contó con el interés suficiente –desde el punto de vista comercial– por parte de esa empresa.
A pesar de esto, la convicción de que “nuestros transportes cumplen con todas las características necesarias: reproducibles, económicos y posibles de ser fabricados con insumos nacionales, nos motivó a crear una empresa propia”, derivado de las innumerables investigaciones desarrolladas en la Unidad Azcapotzalco por más de dos décadas.
El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología apoya desde fechas recientes al equipo de trabajo para producir las unidades, “porque no podemos vender algo” de lo que sólo existe el diseño; la gente quiere comprar este tipo de vehículos, pero desea verlos funcionando y probar que realmente marchan, son eficaces y cumplen con las requerimientos indispensables.
Los autobuses para cien pasajeros y los de carga de una tonelada y media cubren las necesidades de negocios de reparto de mercancías en las metrópolis; 65 por ciento del parque vehicular de carga en la Ciudad de México corresponde a camionetas pick up y furgonetas cuyos recorridos de ida y regreso en su ruta de entrega son de 60 kilómetros, en promedio, “mientras que nosotros garantizamos cien kilómetros”.
El investigador resaltó que la capital del país tiene décadas padeciendo el problema de la contaminación medioambiental, sin embargo nunca ha sido enfrentado de manera coherente e integral. Por fortuna, la tecnología ha avanzado y “tenemos todos los elementos para decir que nuestros vehículos eléctricos funcionarán perfectamente, tendrán autonomía, serán rápidos, cómodos, seguros y eficaces”.
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