Por: Redacción
Personas mayores, discapacitados y enfermos pronto tendrán a su disposición un desarrollo tecnológico para mejorar la movilidad y así aumentar su calidad de vida. Se trata de una silla ortopédica especial, cuya principal característica es que mediante sencillos cambios de posición se convierte en asiento, sillón de reposo o cama.
El novedoso aparato fue concebido por un grupo multidisciplinario de profesionales de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, coordinado por Adrián Espinosa Bautista, del Centro de Ingeniería Avanzada de la Facultad de Ingeniería (FI) de la UNAM.
La silla se originó con la idea de resolver las necesidades de desplazamiento de los adultos mayores, aunque no son los únicos usuarios posibles, pues también pueden utilizarla personas con algún tipo de discapacidad, o quienes hayan sufrido un accidente y requieran trasladarse o cambiar de posición con frecuencia.
Actualmente, en México la población de adultos mayores es de 10.9 millones. De este segmento, un millón reporta problemas motrices y dependen de alguien más para levantarse, sentarse o acostarse.
“Ésa es la principal problemática que encontramos, y a partir de ahí desarrollamos el proyecto. Una de las virtudes mecánicas de la silla es posicionar al usuario, pues las ortopédicas que se ofrecen en el mercado sólo tienen una posición, y si acaso una forma adicional de reposo (la intermedia entre silla y cama)”, comentó Joel Valerio López, ingeniero en mecatrónica.
Otras ventajas del desarrollo universitario son la seguridad y la comodidad. “Ponderamos el confort y logramos que no haya muchos traslados de un mueble a otro. Si un adulto mayor o una persona con artritis crónica están en el comedor no tendrán que moverse al sillón de reposo, y luego a la cama”, explicó
El objetivo central es que puedan cambiar de posición, porque quienes permanecen mucho tiempo en una sola, pueden sufrir de llagas en la piel. “Con este dispositivo tendrán mejor calidad de vida”, reiteró.
Por su parte, Luis Felipe Cruz Méndez, diseñador industrial a cargo de la ergonomía y la apariencia de la silla, resaltó la calidad de los materiales, de origen nacional. “Hemos trabajado para reducir al máximo los ensambles y la manufactura. Seleccionamos aleaciones de aluminio resistentes y ligeras, de tal forma que no sólo pensamos en el usuario, sino en el fabricante, para que no emplee materiales pesados o herramientas especializadas”.
Además, los materiales se pueden asear fácilmente para que no proliferen las bacterias. “Hay que cuidar los ángulos muertos para evitar su acumulación y las infecciones”.
Humberto Mancilla Alonso, maestro en mecatrónica, aseguró que tomaron en cuenta las experiencias de los usuarios. “Si deben valerse de un dispositivo mecánico, que éste no cause la sensación de postración”.
La autoestima de muchas personas disminuye si tienen que usar sillas de ruedas, porque les provoca impotencia y discapacidad. No es el caso de este diseño. “Ofrecemos un mecanismo para facilitar el cambio de posición, que al usar este implemento no sientan que están con una máquina extraña, porque ellos mismo pueden colocarse en la posición que necesiten”.
La silla también se analizó en un plan de negocios, formulado por alumnos de la Facultad de Contaduría y Administración, coordinado por Limitzen Andrea Albarrán Ronzón, mismo que determinó el precio de mercado en 16 mil pesos
Finalmente, los creadores comentaron que esta herramienta, además de ser de gran apoyo en los hogares, también funcionaría en hospitales del sector público que no cuentan con la infraestructura necesaria para atender a los pacientes, pues en la misma silla pueden ser revisados y trasladados con eficiencia.
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