Por: Redacción/
Con la brisa del Caribe en cada nota y una mezcla de son jarocho y cumbia colombiana, las cuatro integrantes de Corroncha son llevaron su música y mensaje feminista a la Unidad Cuajimalpa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), como un preámbulo de la conmemoración por el Día Internacional de la Mujer y de la Niña en la Ciencia.
Una brillante combinación de son jarocho, cumbia colombiana, coco brasileño y toques de folk y rap la agrupación demostró que su propuesta interpretativa puede convertirse en un manifiesto cultural contundente, cuyo discurso y ritmo gritan que la revolución de la población femenina está más fuerte que nunca.
“Soy mexicana de nacimiento, chilanga por crianza y colombiana porque se me pega la gana; soy de barrio, con herencia indígena y negra, un cóctel bien peligroso en esta tierra, viviendo en carne propia el racismo y la discriminación, ya que fui excluida y señalada por este color, pero algo que sí aprendí fue a amarme así, tal cual como nací: honrando a todas las que me dieron esta raíz”, dijo Jessica Esther Moreno, La Negra.
La acordeonista del grupo cuenta que junto con Estefanía Andrés Aguerrin, Fania, ambas originarias de la Ciudad de México, emprendió un largo viaje a la isla de Bacalar, donde surgieron las primeras ideas con las letras y la jarana de Fania y su acordeón. Pronto se uniría a ellas una voz con timbre de bosa nova que aportó los ritmos negros de Brasil, la de Juliana Valiente para fundar Corroncha Son.
Con una gira por el país sudamericano en puerta decidieron que a sus melodías le faltaba el sonido de un bajo y fue así que tras una convocatoria se unió a ellas Perla Villalba. “Más que una banda somos una colectiva multidisciplinaria completamente enfocada en hablar de la mujer y cuyo trabajo no sólo es musical, pues en el trayecto se han sumado bailarinas, poetas, actrices y performanceras”, explicó La Negra.
En tan sólo dos años han grabado dos discos, el primero titulado Autoexilio, producido por Radio Educación; el segundo, de nombre Llegaré, surgió de una gira por Europa en la que se presentaron en Francia, España e Italia, pero fue en este último país donde realizaron el segundo álbum, en el Estudio Cuarto Flor en Savona, y ya está en puerta el tercero, que aún se encuentra en etapa de posproducción.
Corroncha es una palabra colombiana que quiere decir pez ordinario y se utiliza para nombrar a las personas de la costa colombiana y el Caribe extravagantes y escandalosas en su forma de vestir, bailar, charlar y cantar. “Nosotras la tomamos como una forma de reivindicar la pertenencia a lo popular y a las raíces negras, uniendo el Caribe colombiano del acordeón con el concepto corroncha y la jarana jarocha”.
Las Corronchas utilizan la trinchera musical para platicar lo que significa ser mujer negra, indígena, lesbiana, bisexual, transexual y marimacha, en un mundo que evita el desenvolvimiento pleno, que subyuga los deseos, golpea sus sentidos y quita la vida de cientos diariamente.
“Puede que nunca antes nos vimos, pero un grito de noche en tus cantos oímos, territorio negro ancestral clamando justicia y dignidad, campo de sufrimiento por exigir dignidad; esta es la lucha de las guerreras vueltas esclavas y de las esclavas vueltas guerreras”.
Sus canciones con profundas raíces negras homenajean a poetas como Victoria Santa Cruz, “negra me dicen, negra la tierra, negra mi madre, negra mi cumbia, somos aquellas que resurgen de la hoguera para quemar todas tus palabras de violencia”.
Coordinada por la Sección de Actividades Culturales de dicha Unidad, en la explanada Ágora sonaron melodías como Mala raza, Una jarana que grita, Cumbia corroncha y Cumbia negra, entre muchas otras que pusieron a bailar hasta a los más tímidos.
“No somos la mala raza, sin ninguna venda en los ojos voy a decir lo que pienso y en lo que creo, porque la parte más profunda de mi dignidad es saber que no estoy sola”. Asesinos son ustedes en abortos clandestinos, las que mueren son mujeres, hay que abortar a este sistema patriarcal”, interpretaron gozosas.
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