Por: María Manuela de la Rosa Aguilar/
Con más de 160,000 casos confirmados de personas infectadas en el mundo por el coronavirus y ya declarada una pandemia global, esta enfermedad está trayendo consigo graves consecuencias, no sólo para la salud, pues es una amenaza para la supervivencia humana, sino que también para la economía mundial y la estabilidad social, la educación el deporte y múltiples actividades, que al cancelarse, provocan pérdidas multimillonarias en todo el mundo. Y tal vez los únicos que han ganado sean los laboratorios, así como los fabricantes de geles antibacteriales, de tapabocas y máscaras faciales.
El petróleo bajó a niveles históricos, Pemex es ya la petrolera más endeudada del mundo, no sólo por el coronavirus, sino por un problema de décadas por la mala administración y ahora con la caída de crudo y el coronavirus, su deuda asciende a la mitad de las reservas del Banco de México.
Las dos estrepitosas caídas de los mercados de valores en todo el mundo, que si bien han tratado de paliarse inyectando capitales, si la crisis de esta pandemia continúa y no logra contenerse, no va a haber poder humano que detenga una recesión mundial.
Este brote ha afectado a los mercados globales de las materias primas. Los cargueros que regresan a sus países de origen, después de viajar a China o a otros países con coronavirus, deben enfrentar una cuarentena para poder volver a cargar, lo que implica pérdidas considerables y retrasos que traen consecuencias de efecto dominó. Y este problema se presenta en todos los puertos del mundo. Imposible de imaginar las pérdidas que están sufriendo las empresas, de Oriente a Occidente, de Norte a Sur, sin duda alguna.
Y esto incide en los precios de las materias primas y en toda la cadena productiva, sobre todo en industrias claves como el cobre, el hierro el aluminio, el gas natural y no se diga el petróleo.
Los productores de materias primas también han tenido que retrasar sus operaciones y debido al riesgo de contagio, los protocolos en cuanto al manejo de productos han tenido que ser mucho más estrictos. Consecuencia: se requiere de más tiempo y cuesta mucho más. Todo esto arrastra a los mercados de valores en el mundo. Y no hay que olvidar que China es el consumidor más importante de materias primas.
Las drásticas medidas tomadas por China para controlar y detener el contagio surgido en Wuhan, una ciudad con 11 millones de habitantes, también han logrado desacelerar su economía y pese a ello la pandemia ha surgido de manera inexorable.
Los expertos consideran que la economía mundial no logrará crecer ni al uno por ciento en expectativas conservadoras y prevén que la recesión será más pronunciada en el sector industrial, por el cierre de fábricas en China y en os países mayormente afectados.
Un desafío se presenta también en los sistemas de suministro, en donde la afluencia se está viendo alterada por los continuos contratiempos en el transporte de abastecimientos, desde los puntos de origen, el traslado, embarques, viajes y arribos a puertos y puntos de distribución. Además de que existen problemas para el almacenamiento y los productos perecederos si tardan más días de lo debido en puerto, pueden perderse miles de millones de toneladas de productos.
Por otra parte, una de las industrias más importantes para mantener al mundo interconectado es la aviación y la cancelación masiva de vuelos alrededor del mundo ha puesto a prueba la subsistenia de muchas aerolíneas y las pérdidas son incalculables; simplemente si tomamos en cuenta los vuelos cancelados por Estados Unidos provenientes de China y Europa, suman alrededor de mil al día, lo que en cifras muy conservadoras supone pérdidas diarias por 600 millones de dólares, además de las consecuencias para los viajeros y las empresas que dependen de esta industria, aparte de las aeronáuticas.
Y respecto de China, los vuelos cancelados hacia el gigante asiático representan el 80% del total. ¿Más signifiativo que eso? 13 mil vuelos diarios cancelados.
La pandemia, a pesar de los avances científicos y la infraestructura con que cuentan los países más desarrollados del mundo ha permeado más en estos países:
China con 80,995 infectados; Italia con 21,157; Irán con 12,729; Corea del Sur con 8,086; España con 6,391; Alemania con 4,585; Francia con 4,480; Estados Unidos con 2,951.
Y las muertes hasta ahora han sumado ya 5,833, de los cuales en China se han registrado 3,085 y en Italia 1441.
Actualmente están casi paralizados, además de China, los países europeos; Estados Unidos ya comenzó a tomar medidas drásticas y en la mayor parte del mundo se han suspendido todas las actividades públicas, así como las clases. En México se comienzan a tomar medidas y en breve también la cancelación de muchas actividades públicas, se suspenderán labores en escuelas, clubes deportivos, etc.
Las consecuencias si bien son tangibles y estamos ante una emergencia global, aún no se vislumbra la magnitud de las pérdidas que implicará esta pandemia, que sin duda modificará muchas políticas públicas y la concepción misma de la seguridad nacional.
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