Por: Redacción
La dependencia de la economía mexicana a la política monetaria de Estados Unidos favorece los ataques especulativos al peso (MXN) y quienes buscan beneficiarse de estas fluctuaciones mantendrán la presión sobre nuestra divisa, auxiliados por tecnología avanzada, advirtió Clemente Ruiz Durán, académico de la Facultad de Economía (FE) de la UNAM.
Ayer miércoles, el dólar (USD) se vendió en ventanillas en 18.71 MXN y cerró en 18.47 en transacciones al mayoreo, una depreciación en la jornada del 0.90 por ciento.
Este mes, nuestra moneda registra una disminución de valor frente a la estadounidense del 7.2 por ciento, el nivel más alto desde febrero, cuando el billete verde se ofertó en más de 19 pesos.
“Si la Reserva Federal de EU incrementa su tasa de interés, el Banco de México (Banxico) deberá actuar a fin de evitar la fuga de capitales. Desde esta perspectiva, la inestabilidad llegó para quedarse”, subrayó Ruiz Durán.
No hay margen para un peso estable a largo plazo, pues éste se encuentra sujeto a transacciones globales de capitales, operadas por especuladores expertos en el manejo de herramientas sofisticadas a fin de obtener ganancias con distintas divisas, explicó.
Estos personajes manejan a diario miles de millones de dólares y apuestan a la oscilación de los tipos de cambio. Así, la depreciación del yuan chino, el rublo ruso o el real brasileño responden a un movimiento de liquidez internacional para obtener ganancias en economías emergentes.
Para contrarrestar estas acciones perniciosas, el Banxico podría instrumentar subastas selectivas para romper las perspectivas de los negociantes. El éxito de la medida depende de un análisis de los mercados a cada minuto que permita intervenir oportunamente y mantener al dólar en una franja no mayor a los 20 MXN, aseguró.
Inflación encubierta
La inestabilidad afecta directamente el poder adquisitivo de las familias, que deben destinar cantidades cada vez mayores a la compra de distintos satisfactores, desde bienes duraderos hasta productos de la canasta básica, planteó el economista.
“La depreciación se refleja en nuestros gastos cotidianos por el aumento de los precios. De hecho, estamos frente a una inflación encubierta”, alertó.
El aumento del costo de la mezcla de exportación de Pemex solventaría esta situación. Actualmente, el energético se vende por encima de los 40 dólares, lo que significaría la obtención de recursos por arriba de lo presupuestado para apuntalar al peso.
De mantenerse esta tendencia y con acciones para frenar a los especuladores, la economía mexicana registraría un segundo semestre de 2016 más estable, concluyó Ruiz Durán.
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