Por: Redacción/
La construcción monumental más antigua y grande encontrada hasta ahora en la zona maya en Tabasco, con una antigüedad aproximada de tres mil años, pudo ser ocupada para realizar ceremonias o rituales, toda vez que se descubrieron 21 centros ceremoniales en configuración espacial, afirmaron especialistas de la UNAM.
El sitio se encuentra en una planicie utilizada para la agricultura y pastoreo, y las construcciones pasan desapercibidas porque parecen montañas o cerritos naturales, pero gracias a un mapa tridimensional, que hace una especie de radiografía de la tierra, se pudieron ver con mayor claridad los relieves e inferir una posible edificación.
Verónica Amellali Vázquez López, doctora en Estudios Mesoamericanos, y María Belén Méndez Bauer, estudiante del doctorado en Estudios Mesoamericanos, ambas de la UNAM y participantes en el hallazgo de Aguada Fénix, señalaron que éste es clave para explicar la caída de San Lorenzo (sitio olmeca) y el surgimiento de La Venta; además, demuestra que las culturas olmeca y maya fueron contemporáneas.
Méndez Bauer informó que investigan si en el lugar había sectores habitados o era un lugar de paso, para esclarecer su función en la realización de ceremonias.
“Hemos encontrado depósitos de cerámicas, huesos de animales, vasijas completas, y al finalizar cada etapa constructiva ponían ofrendas; hasta el momento hemos hallado cuatro. Una de ellas es el entierro de un individuo (del que no se sabe sexo ni edad debido a la mala conservación del esqueleto), colocado de rodillas; por el desgaste de algunas vértebras se cree que era una persona que cargaba mucho peso”, resaltó.
En tanto, Vázquez López detalló que este descubrimiento llena un vacío en la historia de Mesoamérica: entre la caída de San Lorenzo, un sitio olmeca muy importante, y el surgimiento de La Venta, alrededor del año 800 a.C.
Además, Aguada Fénix se encuentra en una región que era frontera entre mayas y olmecas, y se creía que esta última cultura había influenciado y quizá originado a la primera, pero con este hallazgo se demuestra que ambos grupos convivieron por mucho tiempo.
Las evidencias de cerámica y el entierro encontrado en el sitio coinciden más con los elaborados por grupos mayas. “Hemos visto tradiciones compartidas en la elaboración de cerámica, y la obsidiana en Aguada Fénix proviene de yacimientos que se ubican en Guatemala, mientras que la obsidiana en sitios olmecas fue extraída de yacimientos mexicanos, lo que apunta a una filiación cultural más cercana con las tierras bajas mayas”.
Mapa tridimensional
El hallazgo de la estructura de tierra en el sitio arqueológico de Aguada Fénix, que se erigió entre el año 1000 y 800 antes de Cristo (a.C.), fue reportado en la más reciente edición de la revista Nature.
Verónica Amellali Vázquez precisó que a partir del análisis de un mapa tridimensional, elaborado por Takeshi Inomata y Daniela Triadan, de la Universidad de Arizona, se percataron de esta plataforma, que comenzó a ser explorada físicamente en 2017.
“Identificamos siete etapas constructivas principales, cinco de ellas entre los años 1000 y 800 a.C.”, indicó la también investigadora del Proyecto Arqueológico Yaxnohcah, de la Universidad de Calgary.
Para la elaboración del mapa tridimensional se utilizó tecnología LiDAR, primero con imágenes en baja resolución del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y posteriormente con imágenes en alta resolución del Centro Nacional para el Mapeo Láser Aéreo (NCALM, por sus siglas en inglés).
Este instrumento reveló 21 centros ceremoniales con una configuración llamada en el proyecto Patrón Formativo Medio del Usumacinta, que se caracteriza por una estructura de forma rectangular delimitada por montículos en sus cuatro costados, con un montículo en forma de E al centro y una plataforma oriental alargada. Se han detectado también versiones más pequeñas del complejo, que miden menos de 400 metros de longitud.
Méndez Bauer expuso que desde 2017 comenzó la exploración arqueológica y hasta el momento se ha descubierto que el volumen de la construcción es mucho mayor a lo visto en sitios como Palenque.
Finalmente, las universitarias precisaron que para esta exploración han contado con el apoyo de Rodrigo Liendo, investigador del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, y del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
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