Por: Redacción

La concentración industrial, comercial, financiera y población al más importante de la República reside en la zona centro del país integrada por la Ciudad de México y los estados de México, Puebla, Tlaxcala, Hidalgo y Morelos, región en la que se concentra la generación de más del 30 por ciento del PIB nacional.

La Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) es considerada la tercera más grande en densidad demográfica de los países que integran la OCDE.

La relevancia económica y social de esta zona hace imprescindible dotarla de una más rápida, eficiente y, por tanto, menos costosa comunicación entre sus centros urbanos, así como con los diferentes corredores logísticos que la conectan con las regiones del país por donde llegan y salen productos e insumos nacionales hacia el Pacífico, el Golfo de México y nuestras fronteras.

Además, el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) requerirá de mejores accesos y nuevas vías de comunicación de transporte masivo.

Es por ello que mejorar la conectividad de la ZMVM ha sido una prioridad para el gobierno del presidente de la República, Enrique Peña Nieto, la cual se ve reflejada en el Programa Nacional de Infraestructura 2013-2018.

Son 12 accesos estratégicos entre concluidos, en construcción y a punto de iniciar. Al primer semestre de 2016 se han acabado cuatro: las nuevas autopistas La Marquesa-Toluca y Chalco-Cuautla y las ampliaciones de las autopistas México-Pachuca, en 10.5 kilómetros, y la México-Puebla, en 14 kilómetros. Estas obras han permitido elevar el nivel de movilidad, eficiencia y seguridad del transporte de personas y bienes que circulan entre las ciudades de México, Cuautla, Pachuca, Puebla y Toluca.

A ellas se agregan cuatro accesos que están en construcción: las autopistas Atizapán-Atlacomulco y la Pirámides-Texcoco, el viaducto elevado de cuatro carriles del Segundo Piso del Periférico a la Caseta de Tlalpan que conjuntamente con el Nuevo Paso Express de Cuernavaca permitirá que las zonas turísticas de aquella región y, desde luego Acapulco, faciliten sustancialmente su accesibilidad a los visitantes de la zona centro del país.

Asimismo, se reconstruye la Autopista México-Querétaro, que desde 1958 no había recibido mantenimiento integral y de amplio alcance.

Adicionalmente, está por iniciarse la construcción de cuatro accesos: los viaductos Circuito Interior Indios Verdes-Santa Clara y el de la Avenida 602 el cual permitirá comunicar de forma ágil el tránsito del Circuito Interior a la vialidad principal del NAICM, así como el viaducto Chamapa-La Venta con la Carretera México-Toluca.

También se construye la Vía Libre al nuevo aeropuerto. Se trata de la ampliación de la autopista Peñón-Texcoco, que se ampliará de cuatro a 10 carriles en una longitud de 10 kilómetros. Esta será la principal vialidad que conectará de manera directa a la Ciudad de México con esta magna obra.

En suma, los 12 accesos al Valle de México representan más de 226 kilómetros y se invierten 39 mil 500 millones de pesos para que la metrópoli cuente con una moderna y eficiente conectividad logística: más rápida, segura y menos contaminante.

Todas estas autopistas a los principales accesos a la Ciudad de México se complementan con la construcción del Tren Interurbano México-Toluca. Son más de 44 mil millones de pesos los que se invierten en el desarrollo del que será el primer tren de alta velocidad en América.

El Tren brindará nuevas oportunidades y dará un trato digno al ciudadano, será un transporte que le permitirá tener más tiempo para sus actividades, su familia, su trabajo, su atención personal. Con su puesta en operación este moderno transporte contribuirá a descongestionar el tráfico vehicular de la región, lo que se traducirá en ahorro de millones de litros de gasolina y de horas hombre, ayudando a abatir emisiones contaminantes, un relevante beneficio al medio ambiente que sin duda es un problema que debe atenderse.

Se trata sin duda de uno de los proyectos centrales del Programa Nacional de Infraestructura de la SCT y de uno de los retos más significativos, pues no sólo consiste en edificar grandes y complejas obras, sino también en construir infraestructura que solucione el congestionamiento vial que se presenta en la ZMVM, manteniendo las vialidades abiertas al tránsito y ejecutándose con rapidez a fin de causar las menores molestias posibles a los usuarios y a la población que habita en sus alrededores.