Por: Redacción
A 20 días de la jornada electoral presidencial en Estados Unidos, Dámaso Morales Ramírez, académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), expuso algunos de los escenarios e implicaciones para México en caso de ganar Donald Trump o Hillary Clinton.
Trump: conflictos
Lo paradigmático en el hipotético triunfo de Donald Trump sería un escenario sumamente complicado en el ámbito económico.
“Sería sin duda el de mayor impacto, porque si insistiera en echar atrás el TLCAN, las consecuencias serían graves para la economía mexicana: los daños irían desde la especulación de los mercados financieros, hasta la huida de inversiones, aunado al débil presupuesto que tendremos en el 2017”.
En otro frente, continuó, si se concretara la expulsión de migrantes, tendríamos flujos de refugiados un tanto desordenados, y México no estaría preparado para recibirlos; cuando llegaran a sus localidades se enfrentarían al desempleo y a la violencia, lo que derivaría en graves conflictos sociales.
“El gobierno no está apto para una situación de esa magnitud, que tendría incluso consecuencias psicológicas y morales; además, se volvería más compleja debido a que en México ya inició el proceso electoral para 2018. Por tanto, habría de cuestionarse cuál será nuestra nueva posición frente a Estados Unidos”.
En política internacional, añadió, también tendríamos impactos importantes. De entrada, habría un diálogo complicado porque el gobierno de Trump buscaría que México se alineara a lo que ellos marcaran, tanto a nivel bilateral como multilateral.
Retórica de amistad
A través de la historia de México, recordó Morales Ramírez, nos ha ido “peor” con los demócratas que con los republicanos; incluso los acuerdos migratorios fueron impulsados por regímenes republicanos, incluido el inicio del TLCAN.
La agenda de Clinton sería la continuación de Barack Obama: pronunciamientos sobre ejecuciones, violaciones a derechos humanos y corrupción de la clase política mexicana; ellos no quisieran tener un país al sur que esté desestabilizado, porque somos integrantes del TLCAN.
“Por otro lado, quien alcance la Presidencia en México en 2018 también tendrá serias presiones por parte del gobierno de EU en estos temas: Estado de derecho, garantías individuales, corrupción y la apertura democrática”, detalló.
Este sería el sello del gobierno de la primera mujer que encabezara la Unión Americana, además continuaría con una retórica de amistad, pero al igual que Obama, seguiría con las deportaciones de connacionales.
“Una cosa es la retórica, pero los hechos son distintos: seguirán las repatriaciones y se volverá a fortalecer, con otros mecanismos, la frontera entre México y Estados Unidos. Trump lo dice abiertamente, pero los demócratas también lo harían a su manera”, concluyó.
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