Por: Redacción/
La UNAM está comprometida con múltiples proyectos para atender la COVID-19 y participará, con todo rigor académico, para contribuir a reforzar la estrategia nacional e internacional contra la pandemia, afirmó el rector Enrique Graue Wiechers.
Ante representantes de organismos multilaterales e internacionales de salud, el rector aseguró: “sin duda, nuestra región cuenta con la capacidad técnica para desarrollar vacunas y estrategias de salud pública para alcanzar una inmunización duradera y necesaria.
“Hay que contrarrestar, paulatinamente, la dependencia científica y tecnológica, así como ofrecer nuestros esfuerzos y conocimiento en favor del escenario global”, agregó durante el encuentro virtual “Desarrollo tecnológico de vacunas CELAC contra la COVID-19”, en el que también participaron representantes de proyectos nacionales de vacunación de los países miembros de la CELAC como Argentina, Brasil y Cuba.
En un mensaje grabado, el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y presidente pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), Marcelo Ebrard Casaubón, expuso que en la región ya hay cuatro vacunas en fase clínica, por lo que la expectativa de contar en 2021 con biológicos que concluyan exitosamente crece día con día. “Nos alegra y es motivo de esperanza porque demuestra que sí podemos desarrollar nuestras propias vacunas y reducir drásticamente la dependencia del exterior”.
Al continuar su mensaje en el acto virtual, Graue Wiechers expuso que desde el inicio de la emergencia sanitaria la Universidad Nacional ha puesto todos sus recursos científicos y humanos a disposición de las instancias que lo requieran y muestra de ello es la participación de la UNAM en tres de las seis vacunas de origen mexicano en desarrollo, principalmente en fase preclínica.
Una de ellas es la que se desarrolla entre la Escuela de Medicina Icahn de Mount Sinai, en conjunto con los laboratorios Avimex, el IMSS y el Cinvestav, en el que la UNAM ha participado en las pruebas complementarias y ahora encabezará el grupo de investigación en la fase clínica. Otra se desarrolla en el Instituto de Biotecnología (IBt), por el grupo dirigido por la investigadora Laura Alicia Palomares; y la tercera con el Grupo Farmacéutico Neolpharma y el Instituto de Investigaciones Biomédicas, esfuerzo encabezado por el investigador Juan Pedro Laclette San Román.
“Necesitamos compartir experiencias para lograr desarrollar una vacuna segura y poder lograr la inmunidad de rebaño, lo más pronto posible en la región”, subrayó el rector.
Acompañado por el coordinador de la Investigación Científica de la UNAM, William Lee Alardín, el rector expuso que destacados universitarios también colaboran en la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias, que forma parte de los esfuerzos institucionales del grupo COVAX para consolidar la equidad en la distribución internacional de vacunas.
Además, en coordinación con la SRE y el Gobierno de la Ciudad de México, se obtuvo que la UNAM sea la sede de un laboratorio centralizado para la medición de la respuesta inmune de las vacunas en nuestro país, en el que colaboran la Unidad de Investigación Preclínica de la Facultad de Química; el Laboratorio de Bioseguridad Nivel 3 de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, y el Laboratorio Nacional para la Producción y Análisis de Moléculas y Medicamentos Biotecnológicos del IBt.
“Todo este grupo y su integración es una respuesta a la necesidad de construir un espacio libre para el desarrollo de vacunas que necesitamos compartir en la región, para analizar los tratamientos, y para el monitoreo del potencial pandémico”, remarcó.
Romper con la dependencia
El canciller Marcelo Ebrard expuso que durante la actual pandemia la dependencia hacia otros países, respecto a las vacunas, ha significado que en algunas regiones haya retrasos, dificultades o incluso la imposibilidad de vacunar a quienes están en la primera línea de atención a las personas con la COVID-19.
En ese sentido, la preocupación de la CELAC ha sido actuar para reducir la inmensa brecha que hay en el acceso a los biológicos. Asimismo, hizo el compromiso de que México tendrá preferencia en adquirir las vacunas que se desarrollen exitosamente en la región para próximos ciclos de vacunación. “Es el momento de demostrar que esto es indispensable para garantizar la protección adecuada de nuestros intereses y nuestras sociedades”, añadió.
Por su parte, Alicia Bárcena Ibarra, secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) señaló: la pandemia ha magnificado la vulnerabilidad sanitaria de la región y las brechas para el acceso universal a la salud y las vacunas, pero también ha abierto la posibilidad de reevaluar las capacidades y políticas para fortalecer los sistemas locales, la fabricación de los biológicos y la innovación en los diversos sectores asociados a la salud.
Indicó que se deben modificar los esquemas desiguales de compras anticipadas, a los que solo acceden algunas naciones, las cuales alcanzarán la inmunidad de rebaño en 2021, mientras la mayoría tendrá que esperar hasta 2023. Por ello, se unió al llamado de México y de la CELAC para el acceso equitativo a los biológicos y a la solicitud a Estados Unidos para que distribuya las vacunas que le sobran, en los países del continente.
La democratización de la producción de vacunas, dijo, demanda tomar posiciones colectivas ante la Organización Mundial de Comercio, por ejemplo para la exención temporal de patentes, fortalecer la industria farmacéutica con énfasis en vacunas, así como los sistemas locales de investigación e innovación.
Con ella coincidió Carissa Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), quien indicó que la vacuna contra la COVID-19 se ha producido en tiempo récord, pero no hay un acceso equitativo para todas las naciones.
América Latina y el Caribe, afirmó, deben aprovechar sus fortalezas para ser autosuficientes como región en la producción de biológicos, estar mejor preparados para eventos futuros lo cual demanda impulsar políticas de ciencia, tecnología e innovación, desarrollar la industria farmacéutica para producir vacunas y asegurar la salud pública.
De igual forma, se pronunció porque se establezca una alianza fuerte en la zona que permita romper la dependencia por vectores y construir una seguridad que vaya más allá de esta pandemia.
El evento fue moderado por Martha Delgado Peralta, subsecretaria para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la SRE, quien destacó que en la región hay 650 millones de habitantes y su vacunación es prioritaria para garantizar la salud y recuperar el ritmo económico.
Para Alejandro Cravioto Quintana, presidente del Grupo de Expertos en Asesoramiento Estratégico (SAGE, por sus siglas en inglés) sobre Inmunización, de la OMS, este tipo de reuniones son esenciales para el mayor acercamiento con las áreas donde se pueden producir vacunas o se realizan proyectos; o bien, para brindar apoyo técnico a fin de determinar la seguridad y eficacia inicial de esos productos.
Si vemos el desarrollo de vacunas, sobre todo en el continente asiático, en países como India o China, es claro que la participación entre las empresas y los gobiernos ha dado como resultado la creación de una industria fortalecida que en estos momentos está dando al mundo las vacunas que no podríamos tener de otra forma, considerando la producción en naciones europeas y Estados Unidos, añadió el exdirector de la Facultad de Medicina de la UNAM.
Arturo Reyes Sandoval, director general del Instituto Politécnico Nacional, consideró necesario que la región latinoamericana y caribeña no dependa únicamente de lo que se desarrolla en la parte norte del mundo; debe enlazarse y utilizar todos los medios que tenga a la mano.
Hoy la COVID-19 afecta a todo el mundo, pero también se enfrentan problemas regionales, como el dengue. “Debemos aprender la lección y crear y fomentar la infraestructura. Una de las piezas clave para que nuestras vacunas y biológicos cumplan su objetivo, es la presencia de fondos. Ya vimos que los investigadores de nuestras universidades tienen la capacidad, el ingenio y la posibilidad de desarrollar metodologías. Lo que nos falta es más inversión”, concluyó.
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