Por: Redacción/
La Ciudad de México es considerada una urbe amigable con las personas lesbianas, gais, bisexuales, trans e intesex (LGBTI) por el apoyo y las políticas públicas impulsadas, pero según las estadísticas, es donde más asesinatos se cometen contra miembros de esta comunidad, y donde hay más quejas de discriminación, maltrato y negación de la atención.
“Específicamente, en la población trans hubo un incremento que coloca a esta metrópoli en el primer lugar en crímenes hacia esta población”, afirmó Tania Esmeralda Rocha Sánchez, de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM, en el marco del Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia, que se conmemora este 17 de mayo.
En distintas partes del mundo se ha avanzado en la lucha contra la homofobia; sin embargo, personas siguen enfrentando altos niveles de violencia y desigualdad por su orientación sexual e identidad de género.
“La homofobia, el racismo y la xenofobia son prejuicios, ideas preconcebidas sin fundamento que se construyen como una forma de protección y distanciamiento de las circunstancias que de alguna forma cuestionan mis privilegios. Al homosexual se le agrede porque su existencia confronta la de los demás”, dijo la especialista en materia de diversidad sexual y género.
Cifras de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y del Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (COPRED) reportan que más del 50 por ciento de la comunidad LGBTI en el país apela a la discriminación que vive. Además, alrededor del 40 por ciento de la población no está dispuesta a vivir con alguien que sea de orientación sexual diferente.
En ese sentido, la universitaria lamentó la discriminación a personas con preferencias, orientaciones e identidades sexuales o de género que difieren de los parámetros culturales y socialmente establecidos, colocándolas en una posición de desventaja, con efecto directo en el disfrute de sus derechos en igualdad de condiciones.
“Una característica que tienen los crímenes de odio es la saña con la que se cometen, en particular dentro de poblaciones como la trans existe este proceso de deshumanización por el grado de saña y cinismo, el tipo de heridas o laceraciones”.
Estos asesinatos quedan “apalabrados” como pleitos entre varones. En el caso de las mujeres, está la dificultad de reconocerlos como feminicidios y siguen siendo a quienes se les responsabiliza de estas acciones.
“El hecho de ser lesbiana, bisexual o de tener cualquier otra expresión sexual es una razón más para cometer esos actos, pero no se reconoce que detrás de esto hay un proceso de lesbifobia”.
Finalmente, Tania Sánchez, quien colabora con asociaciones e instancias como la ONU en la búsqueda de datos e investigación sobre las distintas violencias y procesos de discriminación que vive esta población, subrayó que la homofobia está anclada a un sistema ideológico que por mucho tiempo ha justificado y fundamentado cosas que ni siquiera imaginamos.
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