Por: Redacción/
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) está en un proceso de reestructuración en favor de las víctimas, ya que ha sido señalada por organizaciones civiles como la más costosa de América Latina y “con resultados decepcionantes y pobres”, afirmó su presidenta, María del Rosario Piedra Ibarra, quien asumió el cargo en noviembre pasado.
“Llegamos a la CNDH con un mandato claro de reforma para mejorar su atención a las víctimas y su capacidad de respuesta, para optimizar recursos y garantizar la eficacia y prontitud a que estamos obligados, para recuperar la credibilidad de la institución y para actuar cerca del pueblo”, señaló al iniciar la presentación del Informe anual de actividades 2019 de la CNDH, ante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión.
La ombudsperson subrayó que desde el 1 de enero de este año se ajustaron los tabuladores de los sueldos de los altos mandos, por lo que en ese organismo autónomo ya no hay ningún funcionario que gane por encima de lo que percibe el Ejecutivo federal. “Nos sometemos a la ley y empezamos por aplicar en la institución íntegramente la Ley Federal de Austeridad Republicana”.
“Mantenemos una idea de austeridad en el gasto que no puede traducirse en debilidad para la institución, sino por el contrario, en eficientar sus recursos humanos y materiales, redistribuyéndolos de manera que se fortalezcan las áreas sustantivas de atención y servicio”, agregó.
Comentó que se pretende generar ahorros de un 30 por ciento que se aplicarán, prioritariamente, en las Visitadurías, en la Dirección General de Quejas, en la Subdirección de Registro y Clasificación, en las Coordinaciones de Procedimientos Internos de las Visitadurías Generales, en la Coordinación de Seguimiento de Recomendaciones y en los programas que sean de apoyo directo a la investigación y seguimiento de los casos.
Informó que se venderán los autos blindados y de lujo a cargo de la presidencia de la institución; se quitaron bonos, primas, falsos estímulos y celulares; se canceló la plaza que ocupaba la chef de la anterior administración, que gozaba de un salario de jefa de departamento, y de sus ayudantes que tenían puestos de analistas; se eliminaron los viajes al extranjero, sólo salvo aquellos que redunden en beneficio real para las víctimas, y se analiza suprimir los gastos onerosos en eventos.
“Queremos que la Comisión no se destaque por ser la más costosa de América Latina o una de las más caras del mundo, como lo es hoy, sino por ser la más eficiente en su tarea”, destacó Piedra Ibarra.
Refirió que, en 2015, el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), asociación dedicada a verificar el gasto federal y su impacto nacional, denunció que en ese año la CNDH había gastado mucho más en sueldos y gastos de representación de funcionarios que para la investigación de abusos contra ciudadanos, una constante desde 2010.
“Tal parece que para la CNDH, hasta ahora, las violaciones son mínimas. De hecho, a pesar de tenerse registrados, en 2019, 48 mil 590 escritos de queja, ese año solamente se emitieron 99 recomendaciones, y aunque se trata de un cálculo simplista tomando en cuenta el presupuesto recibido, resulta, por decir lo menos, que las recomendaciones emitidas son muy costosas”, externó.
“Es de destacar que aun cuando es notorio el aumento en el número de agraviados de 64 mil 756 en 2015, a 173 mil 937 en 2019, de los 48 mil 590 escritos de queja recibidos este año, solamente se puede deducir en el informe que se resolvieron 11 mil 181”, abundó.
La ombudsperson apuntó una serie de acciones que la CNDH está llevando a cabo, a partir de que asumió su cargo en la institución, entre las que destacan la revisión de expedientes rezagados, ajustes al procedimiento de quejas y su priorización, la capacitación y actualización del personal de las áreas sustantivas, fortalecimiento del área de Atención a Víctimas, combate a la impunidad y establecimiento de los tiempos máximos de respuesta.
Asimismo, la creación de módulos itinerantes en todo el país, para trabajar por la plena accesibilidad; el reforzamiento de los mecanismos y programas de la CNDH para la atención de las mujeres, periodistas, defensores de derechos humanos, migrantes e integrantes de los pueblos y comunidades indígenas; la promoción de una participación social más amplia en materia de derechos humanos.
“Vamos a promover, defender y divulgar los derechos humanos reconocidos en la Constitución mexicana, así como aquellos que conforman el derecho humanitario internacional. Y vamos a prevenir las violaciones llevando la cultura de los derechos humanos a las conciencias de las y los mexicanos, porque sólo así será viable una cultura de la paz”, expresó.
“Estoy convencida que podemos iniciar una etapa nueva y mejor imprimiendo un ritmo contundente y definitivo a la prevención y defensa de los derechos humanos en México, a partir de un cambio de enfoque y actuación. Es indispensable involucrar a las víctimas y a toda la sociedad, es la única manera de asegurar la garantía de no repetición, que no haya más víctimas”, finalizó.
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