Por: Redacción/
Alrededor de 25 por ciento de proyectos de emprendedores universitarios de México fallan, principalmente por problemas en las finanzas y la planeación estratégica, falta de convicción por parte del propietario o los socios del negocio, y errores en la promoción y en la selección de la plaza o del mercado meta, sostuvo Ricardo Castañeda.
El porcentaje es parte de los resultados de la investigación sobre la dinámica de más de 200 iniciativas universitarias en el país, dada a conocer el año pasado por el Instituto del Fracaso (The Failure Institut) perteneciente al proyecto Fuckup Nights, que visitó la Unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
El representante de Fuckup Nights señaló que se trata de un movimiento de creativos que nació en la Ciudad de México en septiembre de 2012 para promover la escucha de tres o cuatro personas que narran su historia de fracaso usando diez imágenes y siete minutos.
En esta ocasión Víctor Mayén Flores, Evelyn Lozano Pumar y Emmanuel Morato Mungaray, tres jóvenes emprendedores de la UAM, el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey y la Universidad Panamericana, respectivamente, compartieron sus historias en su camino a consolidar pequeñas y medianas empresas.
Al participar en Fuckup Nights: Comeback Stories –organizado por las áreas de Emprendimiento de las cinco unidades y la Rectoría General de la UAM, Santander y The Failure Institute– Mayén Flores, egresado de la Licenciatura en Ingeniería en Electrónica de la Unidad Azcapotzalco, recordó uno de sus primeros desafíos con la Silla Jansen para personas con movilidad reducida.
El proyecto creado junto con estudiantes de Ingeniería Mecánica de la misma sede universitaria; de Ingeniería Robótica, del Instituto Tecnológico de Toluca, y de Ingeniería en Robótica Industrial del Instituto Politécnico Nacional contó con el apoyo de la UAM para desarrollar la idea y disponer de infraestructura.
En el auditorio Incalli Ixcahuicopa, el egresado de esta casa de estudios comentó que con este desarrollo obtuvieron la medalla de plata en el Concurso Internacional de Ciencia y Tecnología Innova Brussels 2015.
También se refirió a las dificultades operativas y financieras que enfrenta como director de RoboGenius, centro educativo de robótica que luego de tres años de creación ha sido ganador del Premio Santander a la Innovación Empresarial, por democratizar el uso de las nuevas tecnologías en niños y jóvenes mediante cursos y talleres, entre otras actividades.
“Actualmente trabajamos muy fuerte en la parte educativa y en el área de tecnologías de la información, porque todo apunta hacia la inteligencia artificial, machine learning y data science, por eso nos estamos enfocando en programación”, en particular en un proyecto para el gobierno de Atizapán, en el Estado de México.
“Lo ofrecimos también para Toluca con diversos programas informáticos y con el propósito de formar más adelante un venture capital, es decir, inversiones a través de acciones que sirven para financiar compañías de pequeño o mediano tamaño”.
Hasta el momento, Mayén Flores ha obtenido diversos reconocimientos internacionales, entre ellos el primer lugar en el Concurso Nacional de Prototipos 2011; en la Expo Ciencias Nacional 2014, y el primer lugar Internacional en Ingeniería Aplicada, en el Italian Contest for Young Scientist, Milán, Italia, 2015.
Fue representante mexicano en la Expo Sciences International 2011, Bratislava, Eslovaquia, y en la Muestra Internacional de Ciencias MOSTRATEC, Brasil 2011, y ganador del primer lugar del TSWC, Beijing, China, 2017.
El maestro Joaquín De la Huerta Gómez, director de Innovación de la UAM, reconoció que es difícil concretar un proyecto de emprendimiento, pues “hay que batallar mucho, pero los emprendedores están hechos de cierta madera que los impulsa a seguir adelante” como demuestran las experiencias que se han convertido en casos de éxito.
En el acto también estuvo presente Salomón Amkie, director de Relaciones Institucionales de Santander Universidades y Universia. El resto de los emprendedores que compartieron sus historias con la comunidad de la Casa abierta al tiempo fueron Lozano Pumar, dedicada a proyectos de innovación educativa, y Morato Mungaray, integrante de la compañía de educación tecnológica Dev.f.
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