Por: Patricia Ramírez

En la historia de México, uno de los terremotos más recordados por su fuerza fue el ocurrido en 1985, que causó graves pérdidas al aún llamado Distrito Federal. El pasado 7 de septiembre, otro gran sismo se originó en el Golfo de Tehuantepec, a las 23:49 horas con una intensidad de 8.2 grados en la escala de Richter, de acuerdo con el Servicio Sismológico Nacional (SSN).

Esta vez, las entidades afectadas fueron Oaxaca y Chiapas, con un registro de 98 muertes y según datos de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU), alrededor de 31 mil 519 viviendas dañadas.

El terremoto del Istmo de Tehuantepec ocasionó pérdidas de todo tipo para los damnificados, sin embargo, también despertó en los mexicanos la solidaridad ante la situación en la cual se encuentra el sureste del país.

El Gobierno Federal, Protección Civil, los gobernadores de los estados perjudicados y otras dependencias gubernamentales han tomado medidas que permiten iniciar el reparo de daños en los municipios más vulnerables. Sin embargo, esta labor no es exclusiva, los donativos de la ciudadanía son el principal apoyo que reciben Oaxaca y Chipas.

Algunos sectores como las instituciones educativas, grupos de estudiantes independientes, comunidades religiosas, son los principales responsables de recaudar suministros, los cuales en su mayoría son llevados vía terrestre o aérea por la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA).

Alimentos no perecederos, productos de higiene personal y limpieza, ropa, agua, comida para mascotas, medicina, son algunos de los víveres que centros de acopio en la Ciudad de México recaudan.

Foto: Mugs Noticias/ Patricia Ramírez

El Zócalo, una fuente interminable

En la esquina de la calle 16 de septiembre a un costado de la Plaza de la Constitución, se encuentra ubicado el mayor centro de acopio de la capital, el cual hasta el momento ha reunido más de 150 toneladas de víveres.

La Secretaría de Protección Civil es la encargada de recibir los donativos, que posteriormente son llevados al Aeropuerto de la Ciudad de México para que SEDENA los transporte en sus aviones; de igual manera, son entregadas a elementos de esta secretaría para ser trasladados por carretera hasta Chiapas y Oaxaca.

Este centro de acopio recibe de 9:00 a 18:00 horas, y alrededor de medianoche, tras clasificar y empaquetar los productos, camiones pasan a recoger lo conseguido ese día.

Sin embargo, tiene una condición a diferencia de otros, no transporta agua ni ropa. En entrevista para Mugs Noticias, Alejandro Rivera, miembro de protección civil, explica que esta medida se debe al volumen de los productos, lo que genera un precio mayor del traslado, es decir, “llevar un trailer con 30 toneladas de agua podría salir en 50 mil pesos, pero con 50 mil pesos allá (estados damnificados) compran 60 toneladas de agua”.

La solidaridad de la educación

La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Instituto Politécnico Nacional (IPN), la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y la Universidad de la Ciudad de México (UACM), son algunas de las instituciones educativas que tienen sus propios centros de acopio.

El recibimiento de víveres es menos estricto, aceptan desde alimentos hasta cobijas, y están en sus distintas facultades en horarios de ocho a diez horas.

En Ciudad Universitaria (CU)de la UNAM frente al Estadio Olímpico, Julio Alejandro Velázquez Rodríguez, jefe del departamento de atención de emergencias de la Dirección General de Prevención y Protección Civil, explicó que se han trasladado más de 75 toneladas a la ciudad de Oaxaca.

Sin embargo, CU es la encargada de recolectar todo lo que sus Facultades de Estudios Superiores (FES) también están reuniendo.

“Creo que la ciudadanía está respondiendo a los llamados y está siendo equitativo en sus envíos, se está recibiendo de todo. Esta situación nos afectada a todos, y de esta manera están reaccionando (las personas), los sensibilizó el tema del fuerte sismo y cómo la gente necesita ayuda allá “, afirma Velázquez Rodríguez.

Asimismo, explica que en este trabajo no sólo participa Protección Civil, también se tiene el apoyo del Departamento de Bomberos, la comunidad universitaria y personas externas que al pasar deciden quedarse a ayudar.

Fotografía: Griselda Fernández – Niña acude a Centro de Acopio de C.U. 

Fotografía: Cortesía de Carolina Nolasco – En los víveres y donaciones la gente manda mensajes de apoyo a los damnificados.

Los no institucionales, un equipo de apoyo

En la Facultad de Estudios Superiores Aragón, en la explanada central se encuentra un par de universitarios que realizan un llamado a sus compañeros para donar, y obtuvieron respuesta, han conseguido artículos de primera necesidad, comida enlatada,

Los centros de acopio no institucionales son colectas que de manera independiente recaudan víveres, ya que prefieren asegurarse por sí mismos que el apoyo llegará a las manos correctas.

“Queremos rebasar el aspecto institucional, creo que es indispensable que haya una coordinación por parte de la comunidad que está interesada en colaborar sin necesidad de que existan intermediarios”, explica uno de los estudiantes voluntarios.

Este trabajo es complejo, ya que a través de donativos y préstamos, consiguen el transporte para llevarlo hasta Oaxaca y Chiapas. En el caso de Aragón, entre el grupo de alumnos organizadores, se encuentran personas con familiares en las entidades perjudicadas, por lo cual, llegar a las zonas de atención no es desconocido.

Fotografía: Patricia Ramírez – Agua embotellada del Centro de acopio de la Facultad de Estudios Superiores Aragón UNAM.

 

Fotografía: Patricia Ramírez – Centro de acopio autónomo de FES Aragón.

Sin importar el centro de acopio, todos reciben donativos cada día y las toneladas siguen incrementándose. Cada envase, lata, paquete, tiene el nombre de la institución pero muchos son llevados con mensajes de solidaridad, para demostrar que tras la entrega de lo material, también está plasmado el apoyo nacional a pesar de la distancia.