El Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, celebró la aprobación por unanimidad en la Cámara de Senadores que el salario mínimo dejé de ser una medida o referente de otros cientos de precios para poder ejercer su función constitucional: el piso mínimo de bienestar de un trabajador mexicano que labora honestamente.
Después de 11 meses, la Cámara de Senadores aprobó una reforma constitucional que permite que el salario mínimo se incremente sin generar inflación, tomando en cuenta únicamente los factores de suficiencia y bienestar de los trabajadores.
Ante los cambios aprobados en el Senado, el dictamen necesita regresar a la Cámara de Diputados para su ratificación. Por lo que el Jefe de Gobierno de la CDMX exhorta a los diputados a aprobar lo más pronto posible y con la más alta prioridad el documento avalado por los senadores.
Esta reforma constitucional es una condición previa para comenzar la política de recuperación salarial que necesita el país. Es un cambio importante, que posibilita otros cambios todavía más importantes en materia salarial.
La CDMX es la primera y única entidad en el país que no utiliza el salario mínimo para calcular el monto de multas y obligaciones de los contribuyentes, además de aplicar una política tendiente a mejorar el ingreso de los trabajadores.
Con la creación de la Ley de Unidad de Cuenta de la Ciudad de México, publicada en la Gaceta Oficial del Distrito Federal el 28 de noviembre de 2014, el Gobierno de la CDMX fue pionero en la sustitución del salario mínimo en la determinación del monto de las sanciones y multas administrativas, conceptos de pago y montos de referencia previstos en las normas vigentes.
De igual forma es precursor en la aplicación de políticas como la de Proveedor Salarialmente Responsable, la cual establece que los proveedores de la Administración Pública capitalina deben pagar como mínimo 82.86 pesos diarios a su personal.
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