Por: Redacción/
La gestión de la calidad del aire se ha convertido en uno de los retos más importantes para la Secretaría del Medio Ambiente (SEDEMA), por ello la Ciudad de México es la única entidad que publica un análisis pormenorizado denominado “Informe 2017 de la Calidad del Aire en la CDMX”.
Los desafíos de esta administración se afrontaron mediante evidencia científica reciente y la mejora de herramientas tradicionales de gestión ambiental, por lo que la SEDEMA priorizó la inversión en auditar y mejorar el inventario de emisiones, dotar de más equipos de monitoreo en tiempo real y de monitoreo de carbono negro.
Además, se realizaron campañas con sensor remoto para compuestos orgánicos volátiles y se invirtió en patrullas de vigilancia ambiental; también, se creó el centro de vigilancia remota de los Centros de Verificación Vehicular sin escatimar recursos.
El informe es un instrumento de difusión y consulta dirigido, principalmente, a la población de la CDMX y área conurbada, de manera que sea útil para los especialistas, tomadores de decisiones, expertos e interesados en el tema al establecer y operar sistemas de monitoreo y emitir un Pronóstico de la Calidad del Aire en forma diaria y expedita, en función de los sistemas meteorológicos.
Asimismo, la CDMX es la única entidad que publica cada dos años su Inventario de Emisiones, actualizado y reconocido a nivel internacional.
Por otra parte, la SEDEMA ha garantizado la permanente difusión de la información de la calidad del aire con los mejores recursos informáticos disponibles que permiten un acceso rápido y oportuno al pronóstico.
Las concentraciones de contaminantes medidos en el aire ambiente se comparan con los valores límite descritos en las Normas Oficiales Mexicanas (NOM) de Salud Ambiental, expedidas por la Secretaría de Salud.
En 2017, las concentraciones de dióxido de azufre, monóxido de carbono, dióxido de nitrógeno y plomo se mantuvieron por debajo de las concentraciones límite requeridas por la NOM, no así sucedió con el ozono y las partículas menores a 10 μm (PM10) y a 2.5 μm (PM 2.5) que superaron los valores recomendados.
Para ozono, las condiciones meteorológicas predominantes en marzo y abril mitigaron la presencia de episodios de contaminación en la temporada de ozono y solo se presentó un episodio severo de estabilidad atmosférica durante mayo.
En temporada de lluvia, el análisis del depósito atmosférico húmedo indicó la presencia de lluvia ácida en muestras obtenidas en sitios al sur y oriente de la Ciudad de México, con un valor mínimo de pH de 4.1. Las especies más abundantes presentes en el agua de lluvia fueron sulfato, nitrato, amonio y calcio.
También, la contaminación por partículas suspendidas PM 2.5 es uno de los mayores problemas que enfrenta la ciudad. Diversos estudios han demostrado que existe una asociación entre la morbimortalidad y el incremento en la concentración de partículas suspendidas por su capacidad para ingresar a las regiones profundas del sistema respiratorio.
Desde febrero de 2017 se implementó el Sistema de Pronóstico de Calidad del Aire de la CDMX (Air Quality Forecasting System Ciudad de México, AQFS-CDMX) que se desarrolló en colaboración con el Centro de Supercómputo de Barcelona (BSC). Su objetivo es identificar anticipadamente los eventos de contaminación con un riesgo potencial para la salud pública, además permite la simulación de escenarios para el diseño de políticas de gestión.
El Informe 2017 de la Calidad del Aire en la Ciudad de México está disponible enhttp://www.aire.cdmx.gob.mx/descargas/publicaciones/flippingbook/informe_anual_calidad_aire_2017/mobile/y con su publicación la SEDEMA refrenda su compromiso con la protección del medio ambiente y de la salud de los habitantes de la CDMX.
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