- La inversión en prevención del problema puede ser más barata y más efectiva que actuar sólo cuando la situación ya es grave.
Por: Redacción/
Los gastos generados por el combate a especies invasoras ascendieron a 162.7 mil millones de dólares en 2017, revela un estudio internacional en el que participa David Roiz Pereda, académico de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) Mérida de la UNAM, en Yucatán.
El trabajo, publicado en la revista Nature, revisó el costo económico por el combate, afectaciones a la industria o tratamientos médicos que han provocado las especies invasoras de tipo vegetal y animal en diversas regiones del mundo, por su influencia en la disminución de la biodiversidad, agricultura, pérdidas económicas y gastos monetarios asociados con su manejo.
Los datos indican que de 1970 a 2017 las naciones de todo el mundo gastaron mil 288 billones de dólares por este motivo, cifra que en realidad subestima los perjuicios económicos, ya que sólo se declara una pequeña parte de los costos. Asimismo, a medida que avanza el tiempo los costos aumentan hasta tres veces por década.
“Debemos hacer algo para prevenir estas invasiones biológicas causadas por el mundo tan global que tenemos, porque eso produce un impacto económico, en la salud, las enfermedades, la agricultura o el turismo”, reflexionó el profesor de la UNAM en su sede de Mérida.
Roiz Pereda expuso que en este análisis, biólogos y economistas revisaron más de 19 mil estudios publicados en todo el mundo, y seleccionaron mil 400 fiables entre 1970 a 2017 sobre los costos globales por la invasión de especies; con dicha información conformaron una base de datos llamada InvaCost.
Los invasores, abundó, son especies introducidas por el humano. “Desde los barcos que se movían entre continentes, en el siglo XVI o XVII, los mosquitos llegaron con dengue y fiebre amarilla desde África por el comercio de esclavos y hay ejemplos que son muy importantes, que van hasta especies que producen daños en la agricultura”.
El universitario puso como ejemplo las termitas, mejillón cebra y hormiga de fuego, las cuales tienen impacto en la biodiversidad. “Son la segunda causa de extinción de especies, luego del cambio climático, y producen daños en agricultura, construcción, problemas para el turismo, enfermedades, pero no se hacen muchas políticas ni inversión para prevenirlas”.
El también experto del Instituto de Investigación y Desarrollo de Francia (IRD, por sus siglas en francés) señaló que el proyecto –el cual inició en 2014– reveló además que la inversión en prevención del problema puede ser más barata y más efectiva que actuar sólo cuando la situación ya es grave.
“Se invierte diez veces menos en prevención que por los daños que se están produciendo. Uno de eso son los costos que se están generando por el dengue, zika y chikungunya, que no solo incluyen los costos médicos de las enfermedades, sino los impactos en el turismo, en la productividad, las campañas de vacunación, de protección personal, todo por unas especies de mosquitos (Aedes aegypti y Aedes albopictus que no eran mexicanas, sino que vienen de África y Asia”, alertó.
El investigador expuso que existen formas de limitar su efecto, por ejemplo, vigilar los puertos y aeropuertos, a fin de evitar su transporte en los cargamentos y solucionarlo de raíz, de lo contrario, el problema se va de las manos”.
Roiz Pereda enfatizó que es necesario mejorar los enfoques de investigación que documentan los costos de las invasiones biológicas. Para ello sugirió llevar a cabo gestión política y social para el control y vigilancia basada en las evidencias al momento en que entran los productos, estar atentos a los reportes de plagas y acuerdos de política internacional para trabajar en conjunto en esta materia.
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