- La Comisionada Presidenta del INAI, Blanca Lilia Ibarra Cadena, aseguró que, pese a los avances conseguidos por la diversas luchas feministas, las desigualdades entre hombres y mujeres persisten.
Por: Redacción/
La brecha salarial de género constituye uno de los principales retos a enfrentar para alcanzar la igualdad sustantiva; las mujeres tienen derecho a ganar y ocupar los mismos cargos que los hombres, coincidieron especialistas en el conversatorio Las desigualdades de ingreso, las brechas intergeneracionales y de género, barreras para la inclusión social juvenil, convocado por el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), en el marco del Día Naranja para prevenir la violencia contra mujeres y niñas.
La Comisionada Presidenta del INAI, Blanca Lilia Ibarra Cadena, aseguró que, pese a los avances conseguidos por la diversas luchas feministas, las desigualdades entre hombres y mujeres persisten y se manifiestan en mayores dificultades de acceso al mundo laboral para las mujeres, las segregaciones ocupacionales y la brecha salarial de género, que en pocas palabras significa que ganen menos.
“Entre los muchos mitos que nos toca desarticular para alcanzar la igualdad sustantiva está la muy extendida idea de que la brecha salarial es producto de una elección personal, puesto que las mujeres rehúyen a los puestos directivos, eligen carreras peor pagadas, deciden dejar de trabajar cuando se convierten en madres; cuando en realidad una y otra vez, los datos y estudios más acuciosos, apuntan a que es un asunto de discriminación, no de elección”, subrayó.
A su vez, la Comisionada Norma Julieta del Río Venegas refirió que, de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la brecha salarial entre hombres y mujeres no se explica por niveles educativos, capacidad o grado de experiencia de las personas, sino porque se valora de manera distinta el trabajo que realizan las mujeres; debido, principalmente, a factores invisibles que fomentan estereotipos y reproducen desigualdades.
“Es por ello, que la Semana Nacional de Transparencia, que inicia el próximo lunes y la organiza el INAI, en esta ocasión nos tocó coordinar la parte del programa al Comisionado Alcalá y a su servidora, será una Semana donde se verán este tipo de temas, son muy importantes estos foros para el Instituto, pero también descentralizarlos, que la Región Centro Occidente y todas las regiones estarán reflexionando con nosotros”, apuntó.
La Comisionada Josefina Román Vergara señaló que, a pesar de que en los órganos garantes se puede estar muy bien en equidad de género, porque trabaja igual número de hombres y de mujeres, cuando se revisan las plantillas de personal con la estructura y con los salarios, se puede ver que los hombres están en la estructura de la mitad para arriba, y las mujeres de la mitad para abajo. “Eso no es equidad y eso no abona para ir cerrando la brecha salarial”, dijo.
“Me parece que un muy buen principio desde el Sistema Nacional de Transparencia es revisar esa parte (…) buscar esa equidad de manera integral, no solamente contar con 50 y 50, veamos estructura, veamos posiciones jerárquicas, veamos como reclutamos, ver y analizar los CVs a la luz de conocimientos, de talentos, de experiencia y resultados”, manifestó.
El Comisionado Francisco Javier Acuña Llamas subrayó que en cuestión de equidad de género se han logrado avances significativos, se ha buscado paridad en puestos directivos y de toma de decisión, sin embargo, persisten brechas y obstáculos, muchas veces invisibles que impiden el pleno ejercicio de los derechos de las mujeres, por ello, es fundamental impulsar acciones que contribuyan a subsanar estas brechas.
“La mujer en sus potencias, como una definición de plenitud no ha llegado, está claro, y por eso estos eventos llevan la convicción de mover y remover los obstáculos que se colocan, muchos de ellos invisibles todavía, para que la mujer no despegue; se habla del techo de cristal, y otros elementos que se siguen mencionando”, aseveró.
El especialista en diversidad, inclusión y generaciones, Stefan Scharnagl, destacó que desde que empezó la pandemia se vio un freno muy fuerte a muchas de las acciones que se venían haciendo para promover una mayor inclusión, no solo en México, sino en todo el mundo. “Estamos en un retroceso de muchos logros que habíamos tenido en el pasado, particularmente, el aumento en la disparidad salarial entre mujeres y hombres, que se ha ampliado a nivel global; aunado a la circunstancia de que las mujeres, además, han tenido que atender el hogar”, apuntó.
Posterior al acto inaugural, tuvo lugar el conversatorio “Las desigualdades de ingreso, las brechas intergeneracionales y de género, barreras para la inclusión social juvenil”, moderado por la Comisionada del órgano garante de Tabasco, Patricia Ordoñez León, en el que expertos nacionales e internacionales analizaron e intercambiaron puntos de vista sobre el tema.
Mariana Blengio Valdés, Directora del Instituto Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo de Uruguay, reconoció que, si bien todas las normas nacionales y del Derecho Internacional apuestan a la igualdad de todos los seres humanos, sin ninguna distinción, “en la realidad existe una brecha salarial, existen problemas que llevan, primero a dificultades en el acceso a los jóvenes en el empleo y, en segundo lugar, a diferencias en relación al desempeño en lo público y en lo privado”. Ante ello, planteó fortalecer el ámbito laboral garantizando el ingreso, la igualdad y la permanencia.
Olga Noriega Saénz, Académica y Cofundadora de la organización México Derecho, señaló que, a nivel mundial, la brecha salarial promedio mundial es de 23 por ciento; “imagínense cuán atrasados vamos que se requerirían 275 años para cerrar esta injusta brecha salarial. Hay menor seguridad social para las mujeres, la baja participación en la toma de decisiones en el sector público y en el privado es una constante” y ello se debe principalmente a la falta de políticas públicas que verdaderamente permeen en la actividad profesional de las mujeres.
Fernando Atristan, Coordinador del proyecto “Resiliencia de las mujeres rurales indígenas”, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), afirmó que la pandemia fue y sigue siendo un factor que reveló y/o profundizó las desigualdades y las maneras de alcanzar la inclusión social de las y los jóvenes “y por consiguiente la obtención de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030; 17 objetivos que nos planteamos para el 2030 y que, de cara a la pandemia, representan grandes desafíos”.
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