Por: Redacción
Morelia Camacho Cervantes es una joven de 26 años y posdoctorante en el Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad (IIES) de la UNAM en la capital michoacana. Su primera etapa de formación la cursó en instituciones públicas y ello le ha permitido conseguir grandes logros, como la Beca para las Mujeres en la Ciencia L’Oréal-Unesco-Conacyt-AMC 2016.
Obtuvo esta distinción por su estudio Especies invasoras e interacciones entre especies. “Es la segunda parte de mi proyecto posdoctoral y consiste en evaluar la distribución de la catarina arlequín (Harmonia axyridis) en zonas urbanas y agrícolas de Michoacán, así como su efecto en la diversidad de artrópodos (pequeños insectos invertebrados con patas articuladas, como las arañas o las chinches)”.
La Harmonia axyridis es originaria de Asia y ha irrumpido en más de 60 países; de hecho, en algunos se ha observado una merma en la población de mariquitas nativas desde que llegó la primera”, detalló.
“El objetivo es saber dónde está, determinar si hay más en regiones urbanas o en campos de cultivo, y establecer la relación entre su presencia y la de diferentes especies de insectos (nuestra hipótesis es que tiene que ver con la abundancia de otros coccinélidos y artrópodos; creemos que en zonas agrícolas la relación es más fuerte)”.
La catarina arlequín es un depredador empleado como agente de biocontrol en cultivos con plaga, refirió la investigadora posdoctoral.
“El problema es que como su dispersión no se monitoreó, hoy está en sitios donde nunca fue soltada, lo que tiene efectos negativos, pues al ser tan voraz consume no sólo organismos plaga, sino insectos de su tamaño, lo que impacta en la biodiversidad”, apuntó.
Morelia Camacho informó que el proyecto está a la mitad. “Ya evaluamos dónde se encuentra en el mundo a través de una revisión bibliográfica y una encuesta a entomólogos, a quienes además de preguntarles sobre su distribución les pedimos su opinión sobre las repercusiones. Ahora queremos saber qué pasa a escala más detallada”.
La egresada de la licenciatura en Ciencias Ambientales del entonces Centro de Investigación en Ecosistemas (hoy IIES) de la UNAM, explicó que su interés por las especies invasoras se debe a que son una de las principales amenazas a la biodiversidad, la cual mantiene servicios como purificación del aire, del agua o provisión de alimentos. “Determinar las consecuencias de estos depredadores en el entorno servirá para desarrollar un plan de manejo o contención”, destacó.
Al concluir la licenciatura, Camacho Cervantes conoció al investigador Ian MacGregor, quien dirigió su tesis de grado. “Él hizo que me enamorara de la investigación y me decidiera por un doctorado en Ciencias Biológicas; para ello contacté a Anne Magurran, de la Universidad de Saint Andrews, en Escocia, donde estudié con una beca Conacyt-Coecyt”.
Empezó el doctorado a los 21 años y “al principio fue difícil por mi falta de experiencia y edad, pero esto me gusta tanto que trabajé lo necesario para alcanzar el nivel de los demás compañeros”.
Ahí se percató de su gusto por estudiar las especies invasoras, y al concluir el posgrado regresó a México; aquí, Ek del Val de Gortari, investigadora del IIES, “me ofreció un espacio en su laboratorio para desarrollar —bajo su supervisión— este proyecto de 24 meses, y estoy por terminar los primeros 12”. La Beca para las Mujeres en la Ciencia le servirá para financiar salidas de campo, comprar y hacer materiales para divulgación científica.
Estos estímulos son una oportunidad para que las jóvenes interesadas sigan en labores de investigación. “Es un área competida y encontrar financiamiento es complicado, pues los apoyos suelen darse a expertos con mayor reconocimiento o trayectoria”, dijo Morelia Camacho.
“Obtener este estipendio me hace feliz y sentirme orgullosa de mí. Lo aprovecharé al máximo porque de esto depende en buena parte qué pasará con mi trayectoria profesional”, concluyó.
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