- La exploración de Sánchez Durán parte y evoca ese tono en imágenes en blanco y negro que llevan a pensar en las opciones y gamas de cada escena captada: ¿qué colores habitarían las calles por las que transitó?
Por: Redacción/
Pequeñas diferencias hacen de los colores un dégradé casi infinito: el azul, por ejemplo, da matices marítimos y al celaje, mientras que el añil confiere posibilidades inagotables a artistas y curiosos que se preguntan sobre el origen de las cosas.
A partir de estas premisas, el diseñador y fotógrafo Ricardo J. Sánchez Durán presenta Azul Mediterráneo, exposición virtual organizada por la Unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
“De niño, antes de pensar en ser diseñador gráfico y mucho menos fotógrafo, el término azul Mediterráneo me provocaba curiosidad y me hizo reír cuando me enteré que era un color que se vendía en las tiendas de pintura para casas”, señala el autor en el texto de bienvenida a la muestra.
La exploración de Sánchez Durán parte y evoca ese tono en imágenes en blanco y negro que llevan a pensar en las opciones y gamas de cada escena captada: ¿qué colores habitarían las calles por las que transitó?, ¿cómo se verían esas magníficas casas teñidas? o ¿el cielo es igual en todos los rincones del mundo?
Estas preguntas invaden el pensamiento al repasar cada una de las 16 instantáneas de la exhibición, que formó parte del programa del XIV Congreso Internacional Administración y Tecnología para la Arquitectura, Diseño e Ingeniería de la mencionada sede académica.
Quizá por ello el autor hace otros apuntes sobre el origen y las motivaciones de esta serie: “fue varios años después, cuando tuve la oportunidad de volar sobre ese mar y estar un par de semanas en Barcelona, que entendí que el significado de esas dos palabras juntas ‘Azul Mediterráneo’, es mucho más que la descripción de un simple color para pintar la fachada de tu casa”.
Sánchez Durán permite conocer o reconocer esa ciudad, haciéndola hablar por sus dinteles, columnas, escalinatas, balcones y edificios “acariciados por la luz”, entre un azul que consume todo y, según refiere, disuelve los límites entre el cielo y el mar.
“El azul Mediterráneo no es ese color que se vende en las tiendas de pintura ni el de los catálogos de tonos para artistas; es mucho más que eso: es el espíritu mismo de esa región del planeta; el matiz de la luz que baña todo lo que toca ese legendario mar; el reflejo que se cuela en los días de verano, y el abrazo tranquilizador del sol de invierno, siempre lleno de vida”.
Este retrato no es fiel, pero se filtra entre sombras, matices y superficies, dejando al cerebro que haga lo suyo y complete los cuadros que observa, entre ellos Plaça de San Josep 2, una estampa cotidiana de un tendal y el cielo.
La serie de instantáneas incluye también la famosa Vía Layetana, que comunica con el puerto y da idea de la dinámica de la ciudad, el movimiento, sus habitantes y un cielo oscuro que trasluce entre el gris como un azul profundo y magnífico.
Sánchez Durán es licenciado en Diseño de la Comunicación Gráfica por esta casa de estudios; se ha formado en la fotografía y el diseño editorial, entre otras áreas. Pionero en la implementación de tecnologías para esa disciplina brinda servicios de capacitación y consultoría.
Exposición virtual Azul Mediterráneo
https://spark.adobe.com/page/xevoD5bDWG0eL/
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