Por: Redacción/
Gobiernos, sociedad e instituciones de educación superior deben asumir un papel activo para prevenir, visibilizar, sancionar y erradicar las conductas que propician la violencia de género, garantizando que no exista forma alguna de intimidación contra las mujeres, lo que implica el establecimiento de medidas claras para anticiparse a ese fenómeno, afirmó hoy el doctor Eduardo Peñalosa Castro, rector general de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
La Casa abierta al tiempo cuenta con una población de cerca de 21 mil alumnas de licenciatura, mil 453 de posgrado, mil 157 profesoras y dos mil 806 trabajadoras administrativas, y “en este contexto la Legislación Universitaria, el Reglamento de Alumnos, el Contrato Colectivo de Trabajo y el estatuto de la Defensoría de los Derechos Universitarios incluyen planteamientos para tratar este tópico”.
No obstante, la comunidad debe avanzar en el análisis de la problemática, que debe ser considerada en los planes y programas de estudio, las campañas, los esquemas de trabajo y las formas de organización con el fin de actuar colectivamente, contando con el apoyo de la Rectoría General, que desea integrar los esfuerzos de cada Unidad, precisó al inaugurar el Primer Encuentro Inter UAM de lucha en contra de la violencia de género.
La Organización de las Naciones Unidas registra que un tercio de la población femenina ha sufrido violencia física y sexual por parte de un compañero sentimental, en tanto que en México, la Encuesta Nacional sobre las Dinámicas de las Relaciones en los Hogares de 2016, realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), reporta que 42 por ciento de las casadas y 59 por ciento de las separadas, divorciadas o viudas padece violencia emocional, económica, física o sexual.
Esta situación no se limita a los espacios privado o de la pareja, ya que una de cada tres soporta lo mismo en el ámbito público, mientras que los ataques físicos afectan a medio millón de solteras, es decir, cerca de cinco por ciento de las mexicanas.
Convocado por el Programa Institucional Cuerpos que Importan y la Coordinación de Bienestar Universitario y Género, coordinados por las doctoras María de los Ángeles Garduño Andrade y Eva Raquel Güereca Torres, académicas de las unidades Xochimilco y Lerma, respectivamente, el Encuentro reunió a docentes, administrativos y estudiantes de las cinco sedes universitarias que compartieron experiencias, estrategias y acciones para erradicar la violencia por motivos de género.
En el Auditorio Arquitecto Pedro Ramírez Vázquez de la Rectoría General, la maestra Verónica Arroyo Pedroza, secretaria y rectora en funciones de la Unidad Azcapotzalco, destacó que en esa sede se ha avanzado con la creación de la Comisión Género, Igualdad y Diversidad, que favorece un ambiente libre de ese mal, el cual ha ido decreciendo.
Los universitarios “sintetizamos, al menos potencialmente, las rupturas y discontinuidades más significativas respecto de los roles de género en esta sede universitaria y estamos conscientes de nuestra responsabilidad como comunidad, pues la violencia impide establecer relaciones democráticas y equitativas, por lo que la tarea es trascendental y compleja”, apuntó.
El doctor Rodolfo René Suárez Molnar, rector de la Unidad Cuajimalpa, mencionó que la crisis de la universidad se ha hecho mucho más notoria con el ejercicio de la violencia en su interior, pues si bien “es cierto que las escuelas son espacios conservadores porque aún experimentamos una fuerte resistencia al uso del lenguaje incluyente es necesario institucionalizar medidas y protocolos, aunque éstos serán sólo el punto de partida que nos permitirá ver nuestras propias limitaciones.
“Las medidas precautorias suelen actuar todavía en contra y no en favor de las víctimas, que deben cambiarse de plantel, por lo que debemos avanzar a estructuras completamente distintas de atención a la violencia de género y de acompañamiento jurídico y psicológico. Este tipo de violencia es una forma de disciplinarización y limitación al acceso al espacio público, así que lo fundamental es fortalecer la relación entre la institución y su comunidad”, opinó.
El doctor Rodrigo Díaz Cruz, rector de la Unidad Iztapalapa de la UAM, calificó como histórica la organización de este foro “porque permitirá diseñar una política unitaria que promueva e instaure estrategias aún inexistentes en contra de la violencia de género.
“La conducta de los universitarios debe ser un emblema y un ejemplo para el conjunto de la sociedad, ya que debemos ser vanguardia de los mejores comportamientos y aspiraciones en un mar de corrupción, cinismo y violencia contra las mujeres”, con lo cual “tenemos la oportunidad de representar una opción de acción ciudadana.
Díaz Cruz celebró la realización del Encuentro, por ser un “ejercicio responsable de la UAM”, toda vez que resulta valioso hacer participar y reconocer la voz de trabajadores y estudiantes, además de que debe impulsarse este tipo de intersecciones para modificar la legislación en algo más transversal, incluso el Contrato Colectivo de Trabajo.
También propuso colocar programas y talleres sobre el cuidado del lenguaje y las conductas que aborden este ámbito en un lugar preponderante, pues “el tema no se debe trivializar por ser un asunto de los derechos humanos”.
El doctor José Mariano García Garibay, rector de la Unidad Lerma, destacó que la iniciativa se sumará a los esfuerzos colectivos que coadyuven a encontrar una política universitaria para erradicar costumbres discriminatorias y de violencia, y subrayó que ese campus cuenta con un plan “de desarrollo institucional que propicia un ambiente laboral sano”.
La universidad asume la responsabilidad de garantizar a ellas un entorno sin violencias y ajeno a estereotipos, al promover la igualdad y la inclusión. El Rector reconoció la labor de la doctora Güereca Torres, quien “se ha convertido en el pilar que sostiene este esfuerzo, que ha logrado la creación de una comisión de género, un código de ética y la elaboración de una encuesta, pues aunque todavía somos una comunidad pequeña requerimos ser proactivos”.
El doctor Fernando de León González, rector de la Unidad Xochimilco, destacó la apertura de “este diálogo fructífero por establecer una red, así como la posibilidad de tener programas conectados”, por ejemplo, Cuerpos que Importan, un movimiento fundado por el personal administrativo y la sección de orientación educativa que en un año avanzó en la resolución de quejas de acoso sexual por parte de profesores hacia alumnos, lo que ha implicado agresiones a mujeres y ataques por causa de preferencias sexuales.
Ese grupo –cuyo eslogan es valioso– se ha convertido ya en un referente para la atención de este tipo de casos y cuenta con procedimientos y protocolos en la materia que han sido aprobados por el Consejo Académico, es decir, posee ya un carácter institucional, además de que ha crecido con la integración de más profesores.
“Faltaba la difusión y la capacitación, la cual comenzó en las coordinaciones académicas y administrativas, como un primer paso para desarrollar una cultura en favor del respeto; lo siguiente será el trabajo con profesores y estudiantes, porque es en el aula donde ocurre el fenómeno y entendemos que el eslabón más débil son los alumnos”, concluyó.
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