Por: Redacción/
En la UNAM entendemos a la autonomía como la libertad constitucional que nos permite oponer la razón y el pensamiento crítico frente al dogma y al absolutismo intelectual, como un espacio académico donde prevalecen las libertades de pensamiento y el respeto a la disidencia, afirmó el rector Enrique Graue Wiechers.
Gracias a esa condición hemos alcanzado la libertad de disentir y de expresarnos, de combatir el autoritarismo, de crecer en libertad y de seguir transformando a México, añadió en la ceremonia conmemorativa por los 90 años de la Autonomía Universitaria, organizada por la Facultad de Derecho (FD).
Acompañado por Vicente Quirarte Castañeda, presidente en turno de la Junta de Gobierno y por los miembros de la misma Gina Zabludovsky Kuper, Jorge Cadena Roa y José de Jesús Orozco Henríquez, el rector resaltó que la autonomía no es un hecho consumado, “es un derecho que debemos ejercer y ratificar cotidianamente: con firmeza, seriedad, convicción y determinación”.
Es, abundó, un principio de libertad de organización y autogobierno; un espacio de decisiones compartidas para enseñar, aprender, crear, y formar ciudadanos con espíritus independientes y comprometidos con el entorno social. Por eso la ejercemos, la defendemos y la recordamos.
En presencia del director de la FD, Raúl Contreras, autoridades universitarias, de académicos y alumnos, el rector Graue destacó la trascendencia de festejar el nonagésimo aniversario “porque los universitarios necesitamos recordar los momentos que son parteaguas de nuestra centenaria existencia”.
Hacerlo es un ejercicio necesario que nos permite encontrar las razones sociales, económicas y políticas que precipitan los cambios determinantes en la organización de nuestra institución. Tal es el caso de este año y de los acontecimientos que dieron lugar al movimiento de nuestra autonomía, precisó.
Desde 1929 somos la Universidad Nacional Autónoma de México, dijo el rector, luego de relatar esa gesta libertaria. La Ley de la Autonomía de ese año puso los cimientos y la convicción en los universitarios de defender y proteger los principios básicos de la autodeterminación sin injerencias externas, como ocurrió, en la década de los 30; luchar contra el dogmatismo y las imposiciones políticas educativas de esa época; transformarse en 1933 y resurgir en 1945 con la ley orgánica que nos rige y brinda estabilidad.
Esta primera actividad, anunció el rector Graue, continuará el 29 de julio, con conferencias y la presencia de universidades hermanas de Latinoamérica en la ceremonia universitaria central de estos festejos.
Raúl Contreras Bustamante, director de la FD, rememoró que hace 90 años, en 1929, se gestó un movimiento estudiantil que culminó escribiendo una de las páginas más luminosas de la historia de nuestra Universidad. “Ella habría de dar un salto al futuro al obtener el reconocimiento de un atributo que le daría los elementos esenciales para su desarrollo: la autonomía”.
En la vida de las instituciones hay momentos claves en la determinación de su futuro; para esta casa de estudios ese fue uno de ellos, pues a partir de él, inició la construcción de un futuro luminoso, al expedirse el 10 de julio de 1929, su primera Ley Orgánica.
Hoy la autonomía de nuestra institución debe entenderse desde distintos aspectos: libertad de cátedra y de investigación. La Universidad es un crisol del pensamiento y la inteligencia, y motor de progreso en el país. No hay libertad sin crítica, y no puede haber crítica sin libertad. Por ello, preservar la autonomía universitaria es, ante todo defender la esencia de la educación laica, finalizó el director.
Máximo Carvajal Contreras, ex director de la FD y representante del Claustro de Doctores de la propia entidad, dijo que la efeméride que se conmemora es producto de la huelga estudiantil que se dio a partir de mayo y junio de 1929, cuando los alumnos de derecho demandaron el otorgamiento de una absoluta autonomía técnica, administrativa y económica. Gracias a ese movimiento se promulgó, el 10 de julio del mismo año, la Ley Orgánica que otorgaba autonomía a la Universidad Nacional.
El desarrollo actual de nuestra institución, en sus 90 años de autonomía, no podía concebirse sin esa condición, la que ha generado el clima propicio para el desarrollo de los tres pilares fundamentales en que descansa: docencia, investigación y difusión de la cultura.
Por último, Adriana Macedo Pérez, consejera técnica alumna de la FD sostuvo que desde que la autonomía es el sustento de las libertades universitarias, “somos la casa de la verdad”, y el respaldo que la sociedad le da a la Universidad, es el mejor escudo a cualquier intento de intervención.
“Somos un faro que guía el ejercicio de las facultades universitarias en el cumplimiento de sus fines con sustento en la ley, lo cual se traduce en una cultura de la legalidad y en el ámbito del respeto a los derechos universitarios”.
Debemos corresponder a la sociedad con el cumplimiento de sus funciones, porque antes de formar profesionales debe formar ciudadanos educados en derechos humanos, con capacidad plena para contribuir a la construcción de una sociedad más justa, democrática, igualitaria y armónica, concluyó la joven.
Al término de la ceremonia, el rector Graue y el director de la FD, Raúl Contreras, develaron una placa conmemorativa con la inscripción: “90 Años de Autonomía UNAM que mira al futuro 1929-2019”.
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