Por: Redacción/
La Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos ha “deplorado” el ataque aéreo contra un autobús con niños en la ciudad de Dahyan, en la provincia yemení de Saada, en el norte del país, y ha recordado que “cualquier ataque dirigido directamente contra civiles que no participan en el conflicto o contra objetivos civiles es un crimen de guerra”.
Unas 40 personas perdieron la vida, entre ellos 21 niños, por el bombardeo, cuya autoría ha reconocido la coalición que lidera Arabia Saudita.
La portavoz del Alto Comisionado, Liz Throssell, ha advertido de que el incidente de Saada se suma “a un reciente repunte en las víctimas civiles” durante la última semana, que “trágicamente” demuestra como el conflicto continúa “arruinando” las vidas de los yemeníes.
Desde que estalló el conflicto en marzo de 2015, la oficina del Alto Comisionado ha documentado 17.602 víctimas civiles, de las cuales 6.592 corresponden a fallecimientos. La mayoría de las víctimas, 10.471, son resultado de los ataques aéreos lanzados por el bloque saudita.
“Instamos de nuevo a todas las partes a respetar sus obligaciones dentro del Derecho Internacional Humanitario, entre ellas la de respetar los principios de distinción, proporcionalidad y precaución”, para lo que deben “evitar” o al menos “minimizar” el impacto de la violencia sobre los civiles, dijo Throssell.
Al menos 41 civiles murieron la semana pasada por varios ataques en la ciudad portuaria de Hodeida, y 111 resultaron heridos. Entre los enclaves bombardeados está el hospital de Al Thawra, uno de los pocos con un centro de tratamiento contra el cólera. La Oficina del Alto Comisionado ha subrayado que “los hospitales deben ser respetados y protegidos en cualquier circunstancia”.
Guterres pide una investigación
El Secretario General de la ONU, António Guterres, también ha condenado el bombardeo y ha pedido una investigación independiente sobre lo ocurrido.
“El Secretario General llama a las partes a respetar sus obligaciones bajo la ley humanitaria internacional”, dijo su portavoz Farhan Haq. El titular de la ONU pidió una “investigación independiente y rápida” sobre el incidente y reiteró a las partes su llamamiento para que haya un final negociado del conflicto.
En otro comunicado, la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore, aseguró que el suceso marca “un punto bajo en la brutal guerra en el país”.
“La cuestión ahora es si va a ser también un punto de inflexión, el momento que finalmente empuje a las partes, al Consejo de Seguridad de la ONU y a la comunidad internacional a hacer lo correcto por los niños y poner fin a este conflicto”, dijo.
Según las cifras de UNICEF, desde el inicio de la guerra en 2015, casi 2.400 niños han muerto y más de 3.600 han resultado heridos. “¿Cuántos niños más van a sufrir o morir antes de que aquellos que pueden actuar lo hagan deteniendo esta lacra?”, se preguntó Fore.
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