Por: Redacción/
Jorge Peón Peralta asumió la dirección del Instituto de Química (IQ) para un segundo periodo (2018-2022), luego de ser designado por la Junta de Gobierno de la UNAM.
Al darle posesión del cargo, el coordinador de la Investigación Científica, William Lee Alardín, resaltó que esa entidad universitaria posee una gran trayectoria dentro de la química en México, y es responsabilidad de su comunidad que el impacto que ha tenido sea siempre mayor, tanto en investigación como en formación de recursos humanos, vinculación y difusión.
En el auditorio Lydia Rodríguez Hahn, pidió reforzar la actividad académica y la participación del personal, buscar nuevos proyectos y mayor vinculación para resolver problemas nacionales.
Tras solicitar al director que contemple la proyección del Instituto a escala nacional e internacional, “viendo siempre por la calidad académica y para ser un referente en la disciplina”, Lee pidió a los integrantes del IQ estar orgullosos de contar con una comunidad sana, que trabaja duro, y los instó a “ver qué se puede mejorar de manera integral”.
En su mensaje, Jorge Peón Peralta resaltó que en el Instituto se han incrementado los números y la calidad de la investigación. Son frecuentes los productos con presencia en revistas como Chemical Communications, que conforman las “ligas mayores” de la especialidad en el mundo. Ésa es una de las líneas que se deben fomentar.
Señaló que el IQ ocupa el segundo lugar del Subsistema de la Investigación Científica por el número de alumnos formados a término con tesis, y ello se debe a los académicos.
Dentro del camino por recorrer, concluyó el director, se encuentra homogeneizar la productividad, y que los jóvenes que ahí se instruyen sean aún más competitivos frente a estudiantes de todo el mundo.
Trayectoria
Jorge Peón se recibió de químico por la facultad del área en la UNAM; cursó el doctorado en Fisicoquímica en The Ohio State University, y el posdoctorado en el California Institute of Technology, en el grupo de Ahmed Zewail, quien obtuvo el Premio Nobel de Química en 1999 por el desarrollo de la espectroscopia ultrarrápida. Se integró a la Universidad Nacional en 2003.
Sus principales líneas de trabajo incluyen el desarrollo y empleo de secuencias de pulsos láser para el estudio y control de procesos moleculares. Entre sus aportaciones más relevantes se encuentran los primeros estudios con resolución de femtosegundos de fenómenos de transferencia de carga, así como de la fotoquímica intrínseca del ADN, y del rol de las intersecciones cónicas en las reacciones fotoinducidas.
Ha publicado más de 50 artículos de investigación, 10 de los cuales aparecen en revistas como Journal of the American Chemical Society y Proceedings of the National Academy of Sciences, con factor de impacto mayor a 10. Sus publicaciones científicas han sido citadas en más de dos mil 500 ocasiones, y sus investigaciones han sido financiadas por ocho proyectos Conacyt y seis PAPIIT.
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