Por: Redacción/
Las abejas no hablan, incluso no tienen oídos, pero usan una sustancia química denominada feromona para comunicarse. Entérate de esto y de la catástrofe que significaría para la humanidad la desaparición de estos insectos, en el Centro de Difusión de Ciencia y Tecnología (Cedicyt) Museo Tezozómoc, del Instituto Politécnico Nacional (IPN), que te invita a que conozcas y aprendas más sobre la importancia de estos polinizadores en la Exposición Interactiva “Abejas: Historias de Miel, Flores, Piquetes y Algo Más”.
“Las abejas melíferas se comunican entre sí cuando encuentran una fuente de alimento bailando y dando vueltas a la derecha e izquierda en forma de ocho, para indicar a otras abejas la dirección, distancia y cantidad de alimento encontrado; este fenómeno se explica mediante un enjambre de Drones Bees programados”, informó la Coordinadora General de la Exhibición, Mónica Carolina Benítez Cárdenas.
Explicó que con la tecnología de diez Drones Bees se pretende que el público en general conozca de manera didáctica la importancia de las abejas, entiendan su rol en los ecosistemas y comprendan más sobre estos insectos.
“Esta exposición permanente, compuesta por 10 secciones o temas principales, pretende llegar a niños, jóvenes y adultos con diferentes niveles de escolaridad; intentamos que el mensaje alcance a más personas y, con ello, se cumpla el objetivo del proyecto”, comentó Benítez Cárdenas.
También se cuenta con un Holocubo en el que se proyecta un holograma sobre las características de las abejas. Hay un modelo a gran escala de su interior, una pantalla interactiva y un sistema de activación táctil, que incluye los factores que afectan a las abejas, así como las diferentes especies que existen y la miel que se produce de acuerdo al fruto que comen.
Para la muestra se elaboró un discurso museográfico, el cual permite que los visitantes se interesen en la preservación de las abejas, al recibir información sobre su biología y comportamiento. Aborda también las consecuencias que se tendrían por la desaparición de esta especie para los ecosistemas y la humanidad.
Para el desarrollo de esta exposición se contó con el apoyo económico del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y la colaboración de científicos de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (ENCB) del IPN, del Colegio de la Frontera Sur, del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de la Universidad de Aguascalientes y del Planetario Sayab, en Playa del Carmen.
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