Por: Redacción/

El Senado de la República entregó la Medalla de Honor Belisario Domínguez a Carlos Payán Velver, como reconocimiento a su trayectoria periodística y ciudadana, además de ser un férreo defensor de los derechos humanos y de la libertad de expresión.

El presidente de la Mesa Directiva, Martí Batres, impuso el galardón al periodista en presencia del titular del Ejecutivo Federal, Andrés Manuel López Obrador, en una ceremonia solemne que se llevó cabo en el antiguo salón de sesiones de la Cámara de Senadores, ubicado Xicoténcatl, número 9.

Previamente, la senadora Sasil de León Villard expresó que los discursos del político chiapaneco “nos deben recordar constantemente la necesidad de defender la libertad de expresión, la democracia y nuestra vida republicana”.

Carlos Payán, asentó, fue escritor, político y precursor de la libre manifestación de las ideas en el periodismo mexicano. Fundador y director del periódico nacional “La Jornada”, donde decidió cambiar la forma de escribir y de hacer periodismo, en un momento crucial para la vida pública del país.

Hoy la Medalla Belisario Domínguez se entregó a un hombre que representa una vida de lucha en favor de la defensa de los derechos humanos y de la libertad de expresión, agregó de León Villard.

Carlos Payán Velver dedicó este reconocimiento a todos los periodistas muertos en el país, “que están sembrados a lo largo y ancho de toda la República. A ellos más que a nadie”, subrayó.

Pidió al nuevo gobierno que asuma la ayuda a los medios de comunicación para que “no se consuman en el hambre”. Es indispensable, resaltó, que se riegue la publicidad de manera universal, a efecto de que haya uniformidad y no tantos privilegios.

Durante su discurso, el periodista alertó sobre el regreso del fascismo en el mundo, fenómeno al que consideró una de las bestias del Apocalipsis bíblico. El regreso de esta marea negra y ponzoñosa es alimentada, directa o indirectamente, por la política de Donald Trump, expresó.

A nosotros los mexicanos, agregó, nos ha caído el mal fario de tenerlo como un vecino prepotente, impositivo, cavernario, xenófobo, machista, cuyos actos atrabiliarios y declaraciones incendiarias han hecho que muchos fanáticos en el mundo se quiten la máscara, pierdan el pudor, ganen descaro y arrojo, y den rienda suelta a la voluntad de rabia y violencia.

Nuestro nuevo gobierno mexicano, al que le auguro buen viento y buena mar en estos días de inauguración de su mandato, comentó, tendrá que lidiar con el iracundo vecino del norte y su malhadada fascista, haciendo un auténtico despliegue de honor, valor, soberanía y habilidad diplomática.

Carlos Payán destacó que en México, por fortuna, el panorama que hoy se abre va en sentido opuesto y podría significar el afianzamiento de la democracia. Muchos, en el resto del mundo, han puesto su mirada en este país con una enorme esperanza, pues llegó al poder un incansable luchador que con la población a su favor.

Dijo que esa indiscutible y grandiosa votación marca la fuerza de López obrador, pero también marca su debilidad. Más de medio país le dio su sufragio, pero “el país somos todos”. Y todos es una multitud variopinta y cada uno de sus integrantes pedirá la palabra, cada cual reclamando sus derechos, precisó.

Quisiera que los muros que levanten en esta patria mía no sean para separar a los pueblos, sino murallas de valor y buen juicio, que nos protejan del embate y el yugo de todo fascismo. Que Andrés Manuel López Obrador, un demócrata que llega al poder, después de una vida de lucha cumpla con estos objetivos.

Payán Velver se pronunció en favor de que la sociedad mayoritaria, vigilante, crítica y solidaria que se ha manifestado en estos meses, mantenga a raya a las bestias que mencioné y que no permita una recaída al abismo

Me otorgan la honrosa medalla Belisario Domínguez cuando llego ya al último trecho de mi camino y poco a poco he empezado a decir adiós a las personas, a los animales, a las cosas, los libros y a los lugares que tanto he amado en esta vida, expresó.

Al finalizar la sesión solemne se develó la placa donde se inscribe el nombre de los galardonados. Posteriormente se montó una Guardia de Honor en la efigie de Belisario Domínguez, ubicada en el patio central de la antigua casona de Xicoténcatl.

A la ceremonia también asistieron el ministro José Fernando Franco González-Salas, en representación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; el presidente de la Cámara de Diputados, Porfirio Muñoz Ledo; y el gobernador Chiapas, Rutilio Escandón.