Por: Sharon Alcantar/
Andrés Manuel nació en Villa de Tepetitán, en el municipio de Macuspana, Tabasco, el 13 de noviembre de 1953. Estudió la licenciatura en Ciencias políticas y administración pública en la Universidad Nacional Autónoma de México, presentando su tesis has 1987 titulada “Proceso de formación del Estado Nación en México 1824-1867”. Inició su carrera política en 1976 en el PRI apoyando al candidato por el senado, el poeta Carlos Pellicer, y fue director del Instituto Nacional Indigenista.
En el 88 decide abandonar al tricolor para unirse al naciente PRD y se convierte en el Presidente estatal. Su primera participación en una contienda electoral fue en 1994, se postuló por la gubernatura de Tabasco y perdió contra el candidato del PRI. Acusó de fraude, aunque nunca se pudo comprobar.
Su carrera apuntó a un nuevo horizonte, su caldo de cultivo presidencial fue la Ciudad de México, antes Distrito Federal. Ganó la elección de Jefe de Gobierno. Conectó con los ciudadanos con su política austera. Manejaba un Tsuru, se bajó el sueldo, impulsó programas sociales, construyó vialidades.
Desde su derrota ante el candidato del Partido de Acción Nacional por un margen mínimo en la elección presidencial del 2006, López Obrador, el candidato del Partido de la Revolución Democrática, su popularidad creció. Tal fue ésta que logró convocar a un paro de 40 días en Avenida Reforma de la Ciudad de México. La segunda vez que se postuló por La Presidencia, perdió contra el priista Enrique Peña Nieto, acusó de haberse orquestado un fraude en su contra. El descontento social creció, al igual que su imagen ante la ciudadanía. En 2014 AMLO renunció al PRD y conformó un nuevo partido que representa el Movimiento de Regeneración Nacional, Morena.
Todo se perfilaba para que Andrés Manuel fuera el candidato del nuevo partido de Morena para contender por la presidencia en 2018, y así fue. No había duda. La polarización era evidente, el PRI firmó su propia salida, Anaya enfrentaba acusaciones por lavado de dinero, y una sociedad necesitada de cambio. La mesa estaba servida, “la tercera es la vencida”, dijo que se iría a su rancho La chingada si perdía, aunque, por otro lado, afirmó que soltaría al tigre si no ganaba.
El primero de julio se llevaron a cabo elecciones históricas, denominadas así por la cantidad de puestos que estaban en disputa. Sus discursos siempre contradictorios y polémicos, movían a los sentimientos de sus contingentes de acuerdo a necesidades de cada uno. Prometió amnistías, quitar pensiones a ex presidentes, acabar con la corrupción, revisar y echar atrás reformas.
Desde el primero de julio, México tiene un nuevo presidente y es Andrés Manuel López Obrador, que no dejó de hacer campaña ni un solo día desde hace 18 años, su triunfo fue eminente, más del 51% del electorado votó a favor de él.
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