Por: Redacción

Parece haber un consenso, entre los analistas y en los sondeos preliminares, en el sentido de que la candidata del Partido Demócrata a la Presidencia de los Estados Unidos de América, Hillary Clinton, fue calificada como la ganadora del primer debate, frente al candidato del Partido Republicano, Donald Trump.

No obstante, el impacto del debate en las preferencias de los electores se podrá conocer cabalmente hasta dentro de una semana, acota el Centro de Estudios Internacionales Gilberto Bosques (CEIGB).

En su nota de coyuntura “Se lleva a cabo el primer debate presidencial entre Hillary Clinton y Donald Trump: Hechos destacados e implicaciones”, publicada el 27 de septiembre, expone que Trump insistió en que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) ha sido el peor acuerdo comercial de la historia, y que ha provocado que miles de puestos de trabajo se muden a México.

En su análisis, establece que las propuestas en materia económica de Donald Trump se centraron en criticar a los países que, en su opinión, se benefician económicamente a costa de Estados Unidos, entre ellos México y China.

Asimismo, en opinión del republicano, el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés), “será tan malo como el TLCAN”.

Por su parte, Hillary Clinton expuso la intención de crear empleos bien remunerados, la urgencia de incrementar el salario mínimo y de impulsar políticas que funcionen para todos los estadounidenses, no sólo para la elite.

La nota del CEIGB resalta cuestiones que fueron abordadas por los candidatos presidenciales: las actuales tensiones raciales a partir de los enfrentamientos violentos entre la policía y ciudadanos afroamericanos; los ataques cibernéticos perpetrados por Estados y la ciberseguridad, las estrategias para hacer frente al Estado Islámico, y el papel de Estados Unidos en la OTAN, entre otras.

Medios estadounidenses e internacionales reflejaron las crecientes expectativas en torno al debate del pasado 26 de noviembre, y adelantaron que sería uno de los encuentros más vistos en la historia de Estados Unidos.

En este sentido, las encuestas revelaban que el electorado se encontraba dividido sobre cuál de los candidatos tenía las capacidades más adecuadas para triunfar en este debate. Así, los estadounidenses presenciaron el primero de tres debates presidenciales entre los candidatos a la Casa Blanca por el Partido Demócrata y el Partido Republicano.