Por: Redacción/
La tradición del México antiguo se ha preservado con el registro de aquello que se considera importante y debe trascender por generaciones y, seguramente por esta razón, los habitantes del mundo mesoamericano buscaron la manera de dejarlo asentado en diversos soportes, declaró la doctora Luz María Mohar Betancourt, investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS).
En el II Coloquio: La imagen como fuente para la historia, realizado en la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), la académica afirmó que son numerosos los vestigios arqueológicos que permiten conocer fechas, actividades, formas y tradiciones de los diferentes grupos prehispánicos y coloniales.
Gran cantidad de códices que cuentan la historia del México antiguo y están alojados en el extranjero, sobre todo en Europa, fue rescatada en el proyecto Amoxcalli o casa de los libros, que puede consultarse en el sitio http://amoxcalli.org.mx
Esta obra constituye un diccionario de glifos y elementos pictográficos de los códices que se encuentran en el Fondo Mexicano en París, Francia, en discos compactos, fue financiado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.
Al dictar la conferencia Imágenes multicolores en los libros del México Antiguo la etnohistoriadora explicó que compraron a la Biblioteca Nacional de Francia las imágenes de 80 códices, que “nos mandaban en microfilm y aquí un equipo las limpiaba, ordenaba y estudiaba”.
Además se adquirieron más de 500 expedientes en caracteres latinos, en náhuatl y en español que también fueron digitalizados y se subieron a esa página web. Fue un primer proyecto que dirigió la antropóloga con la colaboración de más de 60 colegas de instituciones nacionales y extranjeras, y que duró cerca de 10 años.
Después continuó el trabajo con los códices que se encuentran en Gran Bretaña, en el Museo Británico, que tiene varios documentos prehispánicos. La doctora declaró que ahí sólo trabajaron con documentos coloniales, aproximadamente 14 códices, muchos de los cuales constan de más de 20 láminas. Los resultados de ese trabajo pueden consultarse en la página http://www.tetlacuilolli.org.mx.
El equipo de la académica trabaja la imagen en estos proyectos considerando que esos documentos son escritura y no solamente ilustraciones, pues son el sistema de registro que utilizaron los antepasados para escribir, además se han interpretado de acuerdo con su orientación, su tamaño, color, y de ahí se han creado diccionarios de iconografías con propuestas de lectura en náhuatl clásico.
Desafortunadamente los responsables de guardar esos documentos en el extranjero –aun cuando los han sabido conservar en muy buenas condiciones– no tienen idea de su gran valor histórico.
El II Coloquio La Imagen como Fuente para la Historia fue convocado por el Departamento de Filosofía y la coordinación de la Licenciatura en Historia de la Unidad Iztapalapa de la UAM.
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