Por: Redacción/
América Latina sigue siendo la región más desigual y una de las más violentas del mundo. En 40 años se han observado avances significativos en materia de derechos humanos; sin embargo, en el mundo, en nuestra región y en México nos enfrentamos a desafíos inconmensurables, afirmó en la UNAM Eduardo Ferrer Mac-Gregor, presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH).
Ante Alberto Vital Díaz, coordinador de Humanidades, Ferrer, investigador con licencia del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ), subrayó que es intolerable la violencia histórica que perdura en los derechos de las mujeres, pues las cifras de violencia contra ellas son alarmantes; además, que millones de personas y familias migren en búsqueda de mejores condiciones de vida, y otras tantas se encuentran en situación de desempleo.
Al dictar la conferencia magistral “Diálogo desde la sociedad civil”, en el marco del foro “Corte IDH: 40 años por la paz y la justicia”, agregó que la corrupción y el crimen organizado desafían como nunca antes a nuestras instituciones y democracias.
“Se advierten discursos autoritarios a los que se tilda al adversario político como enemigo, al migrante como causante de todos los males nacionales, y a los defensores de derechos humanos como traidores a su país”.
Ferrer Mac-Gregor alertó que la institucionalidad internacional de derechos humanos “es atacada como nunca antes en su historia y corre el riesgo real de debilitarse. Algunas voces y Estados expresan su preocupación, oposición o disconformidad al respecto”.
Por otra parte, crecen diversas formas de discriminación y violencia frente a las diversidades humanas, por lo que se deben ampliar los esfuerzos para garantizar los derechos de grupos sociales que han tenido que enfrentar exclusión y discriminación a lo largo de su historia.
Cuatro décadas
El también integrante del Comité Académico y Editorial del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación indicó que en 40 años de vida de la Corte IDH, el mundo se ha transformado, pero los derechos humanos mantienen su vigencia como ideal de libertad, justicia, paz y de reconocimiento de la dignidad humana.
“Esto no hubiera sido posible sin la sociedad civil de la región, sin las organizaciones en nuestro país, sin el apoyo de los organismos internacionales”.
La Corte IDH, concluyó, es un tribunal que ha escuchado a las víctimas, que comparten sus sufrimientos, esperanzas y testimonios, y son reflejo de la historia de nuestro continente y de México”.
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