- El reto mayúsculo en materia educativa en el mundo es migrar del sistema de enseñanza presencial a remoto; la responsabilidad del alumno en esta modalidad crece y los hará más independientes.
Por: Redacción/
Expertos de la UNAM consideraron que la educación a distancia que hoy se imparte por la emergencia sanitaria, conlleva a que los estudiantes tengan que ser más responsables, autodidactas, para cumplir con su compromiso escolar.
Elibidú Ortega Sánchez, académica de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la UNAM, aseguró que el reto mayúsculo en materia educativa en el mundo es migrar del sistema de enseñanza presencial a remoto; la responsabilidad del alumno en esta modalidad crece y los hará más independientes.
Al participar en el programa Mirador Universitario, en el que se analizó el tema “Retos y estrategias para evaluar el aprendizaje en educación en línea”, indicó que en una condición presencial los estudiantes son más dependientes del profesor y de la cátedra.
“Se requiere, entonces, una evaluación formativa, verificar cómo avanzan en su aprendizaje, cómo llegaron y cómo van a salir. Cuando no están en un ambiente escolarizado, los alumnos al practicarles un examen desatienden la seriedad y la concentración para responderlo, por lo que su responsabilidad y autorregulación se incrementa”, ejemplificó.
En la emisión -conducida por Melchor Sánchez, titular de la Coordinación de Universidad Abierta, Innovación Educativa y Educación a Distancia (CUAIEED) de la UNAM-, Manuel García Minjares, docente de la Facultad de Contaduría y Administración (FCA), aseguró que la modalidad remota trajo una mayor carga de trabajo académico.
“En esta educación remota de emergencia mi primer aprendizaje es que confirmo que esta faceta implica mayor carga de trabajo. Por ello, identifico tres grupos de alumnos: aquellos que han perdido interés por aprender; otros que han llegado a una etapa de conformismo; y otro grupo que se esfuerza por ser autodidacta”, señaló.
La evaluación, prosiguió, también se volvió un reto, un desafío. En su caso, implementó los exámenes en casa, a libro abierto, con la intención de calificar más rápido, y el estudio de un caso para que se resolviera en equipo.
“Como docentes tenemos que fomentar más la evaluación formativa; es decir, una evaluación periódica, continua, donde estemos realimentando al estudiante, la pregunta es: ¿a qué le doy más peso, al trabajo que realizaron durante el semestre o a un examen final?”.
Al expresar su punto de vista con respecto a la evaluación, Melchor Sánchez dijo que la mayor parte de las personas la ubican como un examen, y la confunden con la calificación, por lo que esto debe transformarse en una evaluación formativa.
“Los estudiantes viven los exámenes con mucho estrés, y si les suman que vivimos con la pandemia, es un factor que le pega a la justicia de la evaluación. Por ello, ésta no puede estar basada en la desconfianza de que no copien, y hay que aprovechar las evaluaciones a libro abierto”, mencionó.
Indicó que si los académicos desisten de evaluar correctamente, no se sabrá en semestres posteriores, de qué tamaño fue el hueco del aprendizaje, y después no se tomarán las medidas remediales adecuadas para ello.
¿Cómo evaluar en línea?
De acuerdo con su experiencia, Enrique Buzo Casanova, profesor de la Facultad de Psicología, (FP), los exámenes con lo que los estudiantes acreditan una materia, se complejizan al practicarlos a distancia, por lo que debe planearse una evaluación distinta.
“Una de las dificultades es la conexión, no solamente de los estudiantes, sino también de nosotros; quedarse sin red, en el momento de una evaluación es peor”, comentó.
Para Adrián Martínez González, académico de la Facultad de Medicina (FM), en México se requiere aumentar la cultura de la evaluación, porque se considera como una herramienta punitiva, y no debe ser así.
Consideró que es complejo evaluar la práctica, sobre todo en las ciencias de la salud. “Evaluar las habilidades, por ejemplo la palpación del abdomen o la auscultación, es sumamente difícil por las circunstancias en las cuales estamos viviendo, de hecho se están utilizando simuladores, pero esto además de que es mucho más complejo a distancia, es muy difícil evaluar”.
“Es muy importante porque uno ve el desarrollo académico que van teniendo durante el proceso educativo, porque la evaluación es una herramienta de aprendizaje, muy útil y poderosa, sobre todo cuando la utilizamos no solamente al final, sino durante el proceso”, subrayó.
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