Por: Redacción/
Alumnos de la UNAM presentarán en Japón un proyecto para estimular el uso de hidrógeno y producir energía limpia, con prospectiva para 2030.
Entre los planteamientos de su propuesta destacan el uso de basura orgánica para generar hidrógeno; la utilización de este elemento en el Tren Maya para reducir su impacto ambiental; un dispositivo para usarlo en el transporte público en lugar de gasolina y una estación segura para el turismo alimentada con hidrógeno.
Los universitarios, inscritos al programa PULI (Post Urban Living Innovation), que promueve el desarrollo y trabajo internacional entre universidades japonesas y de América Latina, presentarán sus trabajos en marzo próximo, en la Universidad de Chiba, Japón.
El hidrógeno líquido, junto con el oxígeno, se utilizan para la propulsión de cohetes espaciales y recientemente se consideran como fuente de energía para el futuro, pues su combustión produce vapor de agua y, por lo tanto, no es contaminante.
El equipo está integrado por los alumnos Jonathan Rubén Uvera Suárez, Juan José Ramos Álvarez, Georgina Galván López y Alejandro Márquez Aguilar, y el académico Julián Covarrubias Valdivia, del Centro de Investigación en Diseño Industrial (CIDI) y del posgrado de la Facultad de Arquitectura (FA).
Energía limpia para el 2030
Covarrubias Valdivia indicó que la temática del programa es desarrollar propuestas que emergen de la disciplina del diseño, y buscan estimular el uso de hidrógeno para producir energía eléctrica limpia, orientada a sociedades urbanas para 2030 en Japón y México.
Los estudios prospectivos permiten visualizar un futuro interesante: en el caso de Japón, la independencia energética, y en el caso de México, un desarrollo más limpio en cuanto al uso del petróleo que nos queda, y un futuro sustentable, explicó.
“Eventualmente el petróleo se acabará y necesitamos otra alternativa; una estratégica y potencial es el hidrógeno. Lo que estudian los japoneses es este futuro, dónde se encuentra y dónde se inserta”, detalló.
El PULI, planeado para desarrollarse durante cinco años (2016-2020), involucra a tres instituciones: la Universidad de Chiba, la UNAM y el Tecnológico de Monterrey.
Se desarrolla en dos eventos: una estancia de 10 días de los alumnos japoneses en México, donde conviven en equipos mixtos, y posteriormente los equipos de México viajan a Japón. “Formamos un equipo la UNAM y el Tecnológico de Monterrey”, finalizó Covarrubias.
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