Por: Mugs Redacción
Luis Alberto Salinas Arreortua, del Instituto de Geografía (IGg) de la UNAM, y sus colegas Michael Janoschka y Jorge Sequera, de la Universidad Autónoma de Madrid, obtuvieron el premio al Artículo del Año de la revista International Journal of Urban and Regional Research (IJURR), correspondiente a 2014.
Los tres coautores escribieron un estudio original sobre los efectos en América Latina y España de la gentrificación, proceso característico de las ciudades capitalistas en las cuales, por intereses económicos, se transforman barrios deteriorados en colonias ricas, y desplazan a los pobladores originarios de ingresos bajos y medios, quienes ante la plusvalía de las nuevas viviendas, comercios y servicios asociados, no pueden pagar los costos de habitar en sus colonias.
La gentrificación (vocablo inglés proveniente de gentry, que significa nobleza o clase alta) es una tendencia mundial presente en países desarrollados de Europa y América del Norte, que paulatinamente se ha extendido a naciones en vías de desarrollo, como las latinoamericanas.
“Implica una tendencia a revalorar áreas centrales de las urbes con gran riqueza patrimonial. Con apoyo de gobiernos locales y empresarios inmobiliarios se rehabilitan y modifican espacios habitacionales y comerciales. El problema no es que se mejore la infraestructura urbana, sino que el interés sólo sea la reproducción del capital, sin considerar políticas públicas sociales.
“Entonces, las mejoras de la infraestructura significan el desplazamiento de pobladores que han vivido en esas colonias durante generaciones y tienen que irse por no tener mayores ingresos económicos”, detalló Salinas.
Resistencia iberoamericana
Al estudiar el tema durante una estancia posdoctoral en la Universidad Autónoma de Madrid, el doctor en geografía y sus colegas argumentan que existen relativamente pocos estudios de ese proceso en nuestra región y España, en comparación a la producción en países de habla inglesa, así que profundizaron en el asunto.
Encontraron que, a diferencia de naciones del “norte global”, en Iberoamérica hay destacados procesos de resistencia a la gentrificación, encabezados por los propios vecinos afectados.
“Los habitantes originarios se organizan para refutar esas políticas, promovidas por los gobiernos locales aliados con intereses empresariales, especialmente del sector inmobiliario. En nuestro estudio documentamos esa resistencia”, señaló el investigador adscrito al Departamento de Geografía Social del IGg.
Salinas, que ha realizado análisis previos sobre las problemáticas de las colonias Roma y Condesa, así como investigaciones comparadas con ciudades como Buenos Aires, destacó que un ejemplo reciente de rechazo a la gentrificación es la negativa mayoritaria de los vecinos de las colonias Juárez y Roma al establecimiento del corredor cultural Chapultepec, que acaba de ser revocado tras una consulta ciudadana.
“También ha existido desplazamiento en la gentrificación de la colonia Condesa, y en algunas zonas del Centro Histórico, en donde se han rehabilitado calles como Regina, Gante y Madero”, resaltó.
Pobladores originarios, a las periferias
Actualmente, el universitario desarrolla un proyecto de investigación apoyado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) en el cual analiza la política de vivienda y su incidencia en procesos de gentrificación, y destaca la necesidad de dar seguimiento a los pobladores desplazados.
“En el caso de la ciudad capital, la mayoría tienen que irse a la periferia de la zona metropolitana, a espacios distantes y segregados desde los que hacen hasta dos horas para llegar a su trabajo”.
La migración hacia las periferias ha generado otros fenómenos, como la construcción de 500 mil viviendas de interés social entre 2004 y 2014. “El 53 por ciento de ellas se ubican en Tecámac, Zumpango y Huehuetoca, pero muchas están deshabitadas y los propietarios tienen que rentar en sitios más cercanos a los centros laborales”, explicó.
En su nuevo estudio, Salinas seguirá la pista de los pobladores desplazados, para quienes la alternativa más viable es la organización como sociedad civil y la lucha por los espacios públicos.
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