Por: Redacción/

La desigualdad está profundamente relacionada con la cultura del privilegio en América Latina, afirmó la Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena.

Al inaugurar el seminario “Cambio de época: América Latina frente a la hora de la igualdad: avances, retrocesos y desafíos” en la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Bárcena evocó los grandes desafíos de estos tiempos de incertidumbre y la necesidad de un nuevo esquema de desarrollo centrado en la igualdad.

 

“No estamos lejos de una Tercera Guerra Mundial”

La jefa de la CEPAL destacó la responsabilidad que tenemos “para las generaciones futuras”, frente a los grandes cambios que afectan nuestras vidas: el cambio climático y las desregulaciones ambientales, la revolución tecnológica y la robotización, el repliego unilateralista del presidente de Estados Unidos y la fuerte crisis del multilateralismo, el cambio demográfico y la explosión de la migración, el sesgo recesivo y el riesgo de nuevas burbujas financieras y de nuevas guerras…

“No estamos lejos de una Tercera Guerra Mundial”, advirtió, si es que los países no reflexionan las consecuencias de lo que nos ensaña la historia de la Segunda Guerra Mundial y de las crisis financieras.

 

La cultura del privilegio naturaliza la desigualdad

Sobre todo, Bárcena se centró en las desigualdades como causa de inestabilidad tanto económica como política y social.

“La integración global sacó a millones de la extrema pobreza, pero la desigualdad se incrementó”, expuso.

“En América Latina, no hemos sido capaces de superar la desigualdad porque no se ha acabado con la cultura del privilegio”, añadió. Una cultura de privilegio que implica evasión fiscal, intereses, corrupción e impunidad.

Asimismo, destacó Bárcena, la cultura del privilegio naturaliza la diferencia como desigualdad.

La Secretaria Ejecutiva de la organización económica de la ONU para América Latina presentó las cifras que evidencian el impacto negativo de la desigualdad sobre las economías.

“La desigualdad es ineficiente e insostenible”, sostuvo.

Y citó a Brasil y México como los países con mayor tasa de desigualdad en la región y concentración de la riqueza en mano de élites.

“En América Latina vamos para atrás”, lamentó. Se puede observar una tendencia a de nuevo ir a las fuerzas del mercado, el neoliberalismo, una nueva ola de privatización.

 

Pasar de una cultura del privilegio a una cultura de la igualdad

¿Que hacer frente a este cambio de época? La CEPAL, afirmó Bárcena, que defiende una economía centrada en el cierre de las brechas estructurales, sigue el desafío de sostener el desarrollo con igualdad, poniendo “la igualdad como horizonte, y la política como su herramienta”.

Pero “tenemos una Agenda”, puntualizó finalmente: la Agenda 2030 de la ONU, que es un plan de “gobernanza para crear bienes públicos globales: paz, seguridad climática, estabilidad financiera”.

Por eso hay que coordinar las inversiones hacia una impulsión ambiental, en energía de bajo en carbono, afirmó.

“Espero que la UNAM se va apropiar esta agenda”, concluyó Bárcena, dirigiéndose al rector de la Universidad, Enrique Graue Wiechers, para que pasemos “de una cultura del privilegio a una cultura de la igualdad”.