Por: Redacción/
De manera paralela a los esfuerzos en todo el mundo, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) impulsan acciones para evitar que los efectos de la pandemia, como la desaceleración económica, provoquen impactos que afecten los índices de seguridad alimentaria nacional y a nivel global.
Parte de este trabajo coordinado entre la Secretaría y el organismo internacional comprende la planeación estratégica de cultivos como maíz y frijol para México.
El director global de Desarrollo Estratégico y representante para las Américas del CIMMYT, Bram Govaerts, comentó que, desde hace casi 55 años este organismo internacional de investigación científica sin fines de lucro con sede en Texcoco, Estado de México, mantiene y lleva a la acción un diálogo multilateral para incrementar la productividad agrícola en forma sostenible y contribuir a erradicar el hambre en México y la región.
“Trabajamos con más de 300 mil agricultores para cosechar al menos 2.5 millones de toneladas de maíz producido bajo prácticas agrícolas sostenibles que permiten aumentar el rendimiento promedio por hectárea en al menos 30% y el ingreso promedio de las familias productoras en 25%”, expresó durante su participación en el seminario en línea Acción multilateral para impedir que la crisis sanitaria se convierta en crisis alimentaria, organizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El Gobierno de México ha mantenido un estrecho vínculo con el CIMMYT para impulsar diversas acciones conjuntas. El programa MasAgro, por ejemplo, es una iniciativa de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el organismo internacional para transitar hacia una agricultura más incluyente, productiva y sostenible orientada a mejorar la calidad de vida de los productores y fortalecer la soberanía alimentaria de los mexicanos, señaló.
Refirió que la investigación colaborativa que impulsa el CIMMYT a nivel nacional y global permite desarrollar soluciones para mitigar los efectos derivados del COVID-19.
A través de la articulación de esfuerzos y el apoyo decidido de instituciones como la Secretaría de Agricultura, la ciencia aplicada al campo será la mejor vía para evitar que la pandemia produzca una crisis alimentaria y humanitaria, abundó.
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