Por: Redacción
Los beneficios potenciales del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) para México dependen de la posibilidad de acompañar al tratado con “una serie de políticas públicas, así como a nivel empresa, para maximizar las oportunidades”.
Así lo señala el Cuaderno de Investigación de la académica Luz María de la Mora Sánchez, en torno a retos y oportunidades de México en dicho instrumento comercial; e identifica “tres áreas para apuntalar la participación de México en el TPP: 1) competitividad; 2) fortalecimiento institucional; y 3) promoción de comercio, inversión y servicios”.
El Cuaderno, auspiciado por el Centro de Estudios Internacionales Gilberto Bosques y por el Instituto Belisario Domínguez –órganos de apoyo técnico del Senado de la República– concluye que “el TPP podría resultar muy provechoso para México”.
En el marco de las Audiencias Públicas para la discusión del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), en el Senado de la República, argumenta que este tratado comercial, de ratificarse, “no sólo le permitirá continuar participando en las cadenas de valor de la producción de América del Norte y del Asia Pacífico, sino que también le abre nuevas oportunidades para exportar su producción”.
También advierte que el Foro Económico Mundial coloca a México como el país menos competitivo de entre los miembros del TPP, tan sólo por encima de Perú: “México está lejos de contar con un ambiente de negocios que realmente permita el desarrollo productivo de empresas, sobre todo de PyMES”.
La autora señala que análisis internacionales reflejan que México debe atender cuatro áreas de forma urgente: “1) regulaciones inconsistentes y poco transparentes; 2) eficiencia y rendición de cuentas de las instituciones públicas; 3) acceso a crédito y servicios financieros; 4) seguridad y Estado de derecho débil”.
Añade que “Aprovechar las oportunidades que brinda el TPP y hacer frente a los retos es responsabilidad nacional e involucra a una diversidad de actores en los que se cuentan los tres Poderes de la Unión, los tres niveles de gobierno, los sectores productivo y financiero, el sector laboral y sector académico”.
El documento “Tratado de Asociación Transpacífico (TPP): retos y oportunidades para México” consta de tres capítulos, en los cuales de la Mora analiza las oportunidades que conlleva su entrada en vigor y los retos que nuestro país deberá superar para aprovechar al máximo los beneficios potenciales del TPP.
De acuerdo con la profesora asociada del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), México tuvo cuatro principales motivaciones para adherirse al proceso de negociaciones del TPP en 2012: el sistémico, la necesidad de cuidar su lugar en la cadena productiva norteamericana, el acceso a nuevos mercados en Asia-Pacífico, y la posibilidad de mejorar los términos de la relación comercial con sus socios del TLCAN.
Las motivaciones sistémicas se refieren a “asegurar que el sistema de comercio internacional se mantenga abierto y le permita una participación sin restricciones”. Esto porque México es altamente dependiente del comercio internacional, ya que esta actividad económica “representa dos terceras partes del PIB”.
De no haber participado en el TPP luego de que Estados Unidos y Canadá lo hicieron, México habría podido “perder participación de mercado frente a terceros, no sólo en su principal mercado de exportación, sino también ser excluido de la plataforma de exportaciones de los EEUU hacia los países asiáticos”.
En el mismo sentido, “el TPP permite a México actualizar sus TLC con sus socios comerciales sin necesidad de renegociar”.
Luz María de la Mora señala que “México gana, aunque en el margen, acceso preferencial a nuevos mercados” en la región Asia-Pacífico, la más dinámica del mundo y cuya participación en el comercio internacional se estima que “pasará en diez años del 30 por ciento actual al 50 por ciento”. Los países del TPP con los cuales México no tiene TLC previamente son: Australia, Brunei, Malasia, Nueva Zelandia, Singapur y Vietnam.
De acuerdo con el estudio, México negoció periodos de desgravación largos y se negó a abrir algunos de los sectores más sensibles de la economía nacional. Entre ellos están el “lácteo, arroz y atún. El sector del azúcar también quedó excluido de la desgravación”. Para países con los que México no tiene TLC previo, como Australia y Nueva Zelandia, nuestro país prefirió aplicar cuotas.
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