Por: Redacción/
Para la restauración del patrimonio construido dañado por los sismos de septiembre de 2017, lo menos recomendable es actuar con prisa, ya que esta labor requiere de paciencia, consideró el doctor Alberto González Pozo, Profesor Distinguido de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
“Tal vez por ser fin de sexenio todo urge mucho”, pero el apremio en estas situaciones “es a veces mal compañero de las buenas decisiones”, apuntó el Premio Nacional de Arquitectura, que la Asociación de Ingenieros y Arquitectos de México A. C. le otorgó en reconocimiento a su destacada trayectoria.
La historia de los temblores y el daño al patrimonio continuarán ocurriendo, y las casas seguirán cayéndose por lo que habrá que restaurar, pero actuar con precipitación “es la mejor manera de acabar de destruirlo”.
El autor de Las chinampas, patrimonio mundial de la Ciudad de México expuso en una entrevista que esta zona de la capital del país, que concentra un acervo cultural, histórico, arqueológico, natural y productivo único, fue una de las afectadas por los recientes temblores.
La región chinampera “se ha venido arruinando” desde hace unos 80 años y “si comparamos las fotografías de 1936 con las de 2016 se constata todo lo que se ha perdido”, porque quedan nada más los canales principales y no los más pequeños, denominados apantles, que se han quedado sin agua, pues ésta se ha expropiado para satisfacer la demanda de la ciudad.
Si bien se hicieron bordos para proteger las chinampas, con el temblor éstos se quebraron y lagunas como la de San Gregorio –que antes no existían y son producto de un fenómeno de hundimiento gradual de toda la cuenca lacustre– están creciendo y acabarán por inundar toda la zona.
“Ya entendimos el problema y estamos planteando soluciones”, pero no se puede actuar de un día para otro, pese a que las autoridades ya están preocupadísimas por actuar antes de irse”.
González Pozo refirió que para restituir “poco a poco” los apantles, esenciales para las chinampas, la UAM tiene algunas propuestas que comprenden dotar estas zonas de más fuentes de agua, recuperar el suelo y tratar aquéllos salinizados, así como incrementar sembradíos de ahuejotes, que son los árboles que fijan los bordes de los apantles al fondo de la laguna, entre otras.
El doctor González Pozo recibió el Premio Nacional de Arquitectura el 21 de marzo en el Salón de Actos del Palacio de Minería, en la ciudad de Puebla, donde agradeció a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) “que me ofreció el privilegio de ejercer la docencia desde los años 60 del siglo pasado hasta ahora, y más tarde, desde 1980, ha sido la UAM la que me ha brindado más oportunidades no sólo como docente, sino también como investigador”.
El académico del Departamento de Teoría y Análisis de la Unidad Xochimilco y coordinador del proyecto de investigación Catalogación de Chinampas en Xochimilco nació en la Ciudad de México en 1934. Es egresado de la Facultad de Arquitectura de la UNAM y doctor en Diseño por la UAM en la línea de investigación Conservación y Restauración del Patrimonio Construido.
Entre sus obras destacan el edificio Monterrey, en Polanco; las iglesias de Ntra. Sra. de Guadalupe, La inmaculada Concepción y Santa María de los Apóstoles, todas en Coyoacán; el Centro de Convenciones de Acapulco y las restauraciones de la Antigua Basílica de Guadalupe y del Antiguo Hospicio Cabañas, en Guadalajara
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