Por: Redacción/
La Fase Dos de la epidemia de coronavirus, anunciada la mañana de ayer por el presidente de México y las autoridades sanitarias del país significa que el virus se está propagando de manera comunitaria y ya no son sólo los casos importados los que están contagiando la enfermedad COVID-19, señaló el doctor Jaime Bustos Martínez, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Desde el lunes 23 de marzo “tenemos personas que dieron positivo en las pruebas sin haber estado en alguno de los países donde se ha presentado” el padecimiento, lo que quiere decir que se ha extendido y “todos estamos expuestos a infectarnos”, de manera que “si no cortamos la propagación del virus mediante las medidas recomendadas por las autoridades”, el problema continuará.
El investigador del Departamento de Atención a la Salud de la Unidad Xochimilco –quien trabaja la línea de Epidemiología molecular del estafilococos aureus en la comunidad mexicana– subrayó la importancia de seguir las acciones correspondientes a esta Fase en los términos señalados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre ellas evitar cualquier lugar donde se encuentren más de 50 personas, porque si ahí hubiera un contagiado, éste afectará al menos a otras dos y éstas a otras dos, lo que incrementará el virus de manera exponencial.
Previo a esta etapa se tuvo un control sobre los infectados que ingresaron de otros países, pero “eso ha sido rebasado y ahora cualquiera puede ser portador de coronavirus si ha estado en contacto con alguien contagiado”.
El académico dijo que China declaró la cuarentena a todas las poblaciones donde estaba el COVID 19 como principal estrategia para evitar la diseminación, pero desafortunadamente dicha alerta no fue suficiente para contener el avance epidémico, “ya que gente que en ese momento no tenía síntomas viajó y diseminó el virus”.
Si no son tomadas las medidas necesarias, el problema se va a agravar, tal como sucedió en Italia, que pese a tener los primeros casos, “no siguió las recomendaciones de la OMS y al ser uno de los países más visitados del mundo, el virus se expandió, sobre todo en las ciudades más turísticas, donde empezó un brote muy fuerte que alcanzó a toda Europa.
“En ese momento muchas naciones iniciaron medidas aun cuando no tenían contagios y no estaban ni siquiera en la Fase Uno”, mientras que otros entraron a Fase Dos sin estar en esa situación.
En México se manejó siempre la conveniencia de esperar a ver cómo se presentaba el problema y esto ha sido muy criticado por algunos, aunque la realidad “es que no sabemos qué hubiera pasado desde que se detectó el primer caso si hubieran tomado las medidas de la Fase Dos; tal vez pudimos retardar su llegada o no haber llegado a ella” y “lo que sí sabemos es que ya estamos en esa etapa y el gobierno deberá atender los consejos de la OMS a pesar de los discursos de que estamos a tiempo. Esperemos que eso sea cierto”.
Bustos Martínez señaló que las autoridades de salud actuaron a tiempo en el sentido de que sí vigilaron a las personas que venían de fuera, pero enfrentan “el sentir de mucha gente en cuanto a que esa vigilancia no fue eficiente” y que debieron implantarse las medidas de la Fase Dos.
Según los estudios existentes, la entrada a la Fase Tres tardará entre cuatro y cinco semanas, lo que implicará una situación como la que viven Italia y España, donde las cifras de contagios y decesos son muy altos y la población tiene que quedarse en casa, incluso bajo toque de queda.
Dada la historia del padecimiento “es muy posible” que México llegue a esa situación. Hasta el momento, en todos los países donde no ha habido un control adecuado se pasó a la tercera etapa. Japón y Corea del Su, por ejemplo, que fueron de los primeros donde se detectó el virus, nunca entraron a la Fase Tres, sino que lograron detenerla en la Uno o en una Dos con síntomas muy bajos.
Gran parte de la población italiana es de la tercera edad y esa es otra de las razones por las que el virus está matando a más gente que en China. En el caso de México es necesario considerar que el COVID-19 puede dañar más fácilmente a diabéticos e hipertensos y que muchos mexicanos padecen esas enfermedades, “por lo que el número de casos graves también sería muy alto en nuestro país”.
Algo que se está tratando de hacer es que las personas con este riesgo se queden en sus casas, pero algunas tienen familiares que salen y pueden contagiar al regresar, debido a lo cual las medidas de higiene resultan fundamentales.
En este momento lo más urgente es atender las indicaciones de la Secretaría de Salud respecto de todas las medidas preventivas: lavado de manos, desinfección de superficies, estar en casa el mayor tiempo posible, evitar las concentraciones masivas, entre otras.
“Esperemos que nuestro sistema de salud pueda hacer frente a la pandemia, porque hay hospitales que no tienen recursos ni las mascarillas reglamentarias para hacer frente al virus. El discurso nos dice que vamos bien, pero lo que vemos a veces nos dice que no estamos tan bien”.
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