- Diego Lizarazo se hizo acreedor a la distinción por su trabajo La fotografía y el otro, que destaca por su propuesta experimental.
Por: Redacción/
El doctor Diego Lizarazo Arias, profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), ganó el Premio Nacional de Ensayo sobre Fotografía 2021, que otorga el Centro de la Imagen, con el trabajo titulado La fotografía y el otro, “por considerarlo un texto decantado, que analiza la obra de cinco fotógrafos latinoamericanos desde la alteridad y la fotografía”, de acuerdo con el jurado de dicho certamen.
El premio es una forma de reconocer “el esfuerzo y el interés que he tenido en trabajar en torno del horizonte de las imágenes en la sociedad contemporánea”, dijo el investigador del Departamento de Educación y Comunicación en entrevista.
El Centro de la Imagen ha tenido un especial interés en la fotografía actual y “es muy estimulante, porque las distinciones son una manera de decir que algo de lo que hacemos tiene sentido”.
El egresado de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación de la Unidad Xochimilco de la UAM y maestro y doctor en Filosofía por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) señaló que cine y fotografía están muy cerca de las discusiones filosóficas.
La idea de que las cuestiones filosóficas tienen que ver sólo con libros tratados predomina, pero “la imagen es otro modo de escritura y de clarificar nuestra condición humana; las imágenes cristalizan lo que somos como sociedad y son también una manera de construir nuestra subjetividad y sociabilidad, pues tienen ese doble valor o ese reenvío”.
El tema del ensayo es la relación entre la fotografía y la alteridad como forma estética y política capaz de vincularse con el dolor de los otros, además de tomar posición y sentido frente a ello, apunta el académico al inicio del trabajo.
Acerca de La fotografía y el otro el autor de Kafka: las escenas de lo humano y Horrores estridentes. Arte violencia y ruina social, explicó que esa relación que da título al texto no es exterior, sino interior a ella, pues “hacer fotografía es interpelar de diversas maneras al otro que habita en nosotros mismos”, porque al hacer una selfie a uno mismo es como si fuera otro, pero también la mayoría de las veces es “la de otros, otras, otres y de lo otro, como la de los animales, la naturaleza, los puentes; son instántaneas de otredad”.
En ese horizonte “recorto un problema en particular, que es el del dolor de los demás, el de los otros, el de mi alteridad”, que si bien el asunto se ha trabajado en distintos entornos, en el texto se da cuenta de una conversación asíncrona entre Virginia Woolf, Susan Sontag y Judith Butler en la que se piensa el problema del dolor de los otros a través de la fotografía, como una manera a través de la cual el poder justifica su acción de destrucción de los otros, captura el dolor de los otros y lo normaliza” o incluso como dice Butler “los otros llorables y los otros no llorables”.
Es esa distinción básica y brillante en que ella muestra cómo a través de la fotografía institucional periodística o la aliada con el Estado, en el caso de Abu Ghraib de la guerra del Golfo, donde el Departamento de Defensa conformó una especie de imagen integrada y hay un efecto de construcción de un marco, se recorta la realidad y se imponen sus reglas de visibilización.
Se trata de “reglas que definen quiénes son esos que están dentro y si son seres humanos o no, pertenecen o no a la civilización, su sufrimiento es válido o no, si sus vidas son llorables o no cuando se pierden”. Son mecanismos a través de los cuales la fotografía captura, reticula, desidentifica, controla, sojuzga y sobaja”.
En el trabajo del doctor Lizarazo Arias se muestra una vía contraria, ya no el dispositivo de opresión y destrucción, sino cómo a través de la alianza entre la técnica fotográfica, el tiempo y el lenguaje es posible reconocer una imagen sensible al dolor de los otros, en la que “el otro es un cuerpo que me interpela y de alguna manera está en mi propia configuración”.
Bajo estas consideraciones y a partir de la labor de cinco fotógrafos y fotógrafas latinoamericanas: Erika Diettes, Jesús Abad Colorado, Gustavo Germano, Yael Martínez y Lucila Quieto, quienes en México, Argentina y Colombia han experimentado el problema de la desaparición y el asesinato masivo de distintas maneras –el proceso militar argentino o la guerra contra el narcotráfico, por ejemplo– el investigador expone cómo “la fotografía es capaz de mostrar en el espacio dejado por el cuerpo faltante una forma de retorno de ese organismo”, así como “la posibilidad de presentificar sus implicaciones y la necesidad de su regreso como memoria y justicia”.
Entre varios ejemplos de lo dicho mostró una fotografía en la que aparece en primer plano una joven mujer cuyo padre fue desaparecido cuando ella era pequeña y detrás de ella otra de su papá, los dos sonríen y se produce entonces “una imagen imposible”, porque él fue asesinado antes de que ella pudiera conocerlo, sin embargo, es un documento que “reta tanto a la destrucción del padre, como a la imposibilidad del tiempo”; es “una dislocación del tiempo y del espacio, en una confrontación contra la violencia institucional, donde se produce estéticamente lo imposible”, subrayó el académico de la UAM.
El doctor Lizarazo Arias dijo estar convencido de la necesidad de generar en los procesos de formación de las y los estudiantes y en los programas de estudio nuevos perfiles capaces de articular la praxis, el ejercicio concreto de acción en la realidad, con la reflexión teórica de buen nivel.
“En el campo de las comunicaciones necesitamos empezar a generar profesionales capaces de producir radio y video, y de producir “infoimágenes”, a la vez de pensar en lo que esto implica y de comprenderlo a fondo; esa articulación es muy importante” para formar investigadores creadores, consideró.
En la ceremonia de premiación, celebrada en modalidad virtual el pasado sábado 25 de septiembre, la directora del Centro de la Imagen, Johan Trujillo Argüelles, destacó que el premio nacional, que se otorga cada dos años es una iniciativa que busca estimular la difusión de textos críticos sobre la fotografía mexicana o realizada en México.
Para otorgar dicho premio que se adjudica desde el año 2010 se seleccionan los trabajos más destacados y se premia a dos de ellos en la colección editorial Ensayo sobre fotografía del Centro de la Imagen y que consta de diez títulos.
Con este certamen la institución cumple y celebra su compromiso de fomentar y consolidar la indagación sobre fotografía e imagen en México, a través de la estimulación de la escritura en ensayos sobre el tema.
En su sexta edición el concurso tuvo como jurado a la historiadora de arte Rosa Casanova García, al sociólogo e investigador sobre fotografía Abraham Ortiz Naón, al historiador del arte y ensayista Sergio Rodríguez Blanco y a la filósofa y curadora Itala Schmelz Herner.
En esta premiación también fue reconocido el trabajo de Ernesto Mendoza Téllez, quien participó con el texto Multiperspectiva.
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