Por: Redacción/
En México, se calcula que en el último cuatrienio se han perdido, en promedio, mil 600 millones de abejas, con graves repercusiones en la polinización y en la producción de miel. Algunos expertos consideran que la situación es apocalíptica, pues aunque no son la única especie en riesgo, sí es una de las más importantes, afirmó Tonatiuh Cruz Sánchez.
Los agentes polinizadores más relevantes del ecosistema están en crisis, pues sus poblaciones han tenido un declive por múltiples amenazas, como la destrucción de su hábitat y el uso excesivo de agroquímicos, alertó el responsable del Laboratorio de Análisis de Propóleos de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán de la UNAM.
Datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural señalan que nuestro país es el sexto productor de miel y ocupa la tercera posición en exportación del llamado “oro líquido”.
No obstante, el uso de glifosato podría contribuir al declive de las abejas melíferas y de las nativas. “Además de matarlas, el herbicida las desorienta y se ven imposibilitadas para regresar a sus colmenas”.
También son afectados otros insectos polinizadores como avispas, mariposas y escarabajos, así como aves (colibríes) y mamíferos (murciélagos) que participan en esa función.
El universitario recordó que el Senado de la República aprobó un punto de acuerdo para abatir el daño que las abejas sufren por la utilización de productos químicos en la fumigación de sembradíos.
Abejas nativas de México
Junto con sus colaboradores, Tonatiuh Cruz promueve la preservación de las abejas nativas de México, en particular las meliponinas, “patrimonio ancestral que debemos cuidar porque podrían favorecer la conservación del medio ambiente”.
Conocidas como abejas sin aguijón, existen desde antes de la llegada de los españoles; se sabía de su existencia en todo el territorio. Producen miel y resinas de tipo medicinal, hoy su uso en la polinización de cultivos agrícolas representa un gran beneficio económico.
Las resinas de sus colmenas tienen diversas consistencias; una de ellas es el geopropóleos, que combina resinas de vegetales y tierra o barro, que le proporcionan características de un adobe.
En nuestro país no hay muchos estudios al respecto, de ahí la importancia de las investigaciones de los expertos de la UNAM. “Rescatamos la tradición del propóleos ancestral y tratamos de fundamentar las características por su actividad biológica, en particular su acción microbiana contra virus, hongos y bacterias. Hasta el momento los resultados han sido buenos, pues cumplen con lo estipulado en las normas oficiales mexicanas”.
Las culturas antiguas utilizaban el propóleos en el tratamiento de heridas y hongos, así como para aliviar problemas respiratorios y digestivos, entre otros; además, ya se hablaba de su aplicación en animales.
Por sus investigaciones en este ámbito, la FES Cuautitlán forma parte de la Red de Meliponicultura Agroecológica, que integra a 13 asociaciones que representan a 700 meliponicultores de estados como Veracruz, Oaxaca, Chiapas, Tabasco y Puebla.
Este año estudiarán los propóleos provenientes de esas entidades; buscarán informar y capacitar a los apicultores sobre sus beneficios económicos y promover entre la población sus bondades.
Consumo de miel en México
Cruz Sánchez lamentó que México sea el tercer exportador de miel y que el consumo per cápita anual sea de apenas 100 gramos, cuando en Alemania –que junto con Inglaterra son de los principales consumidores de miel mexicana– es de entre dos y tres litros. De cada 10 litros que se consumen en ese país, entre ocho y nueve son de origen mexicano.
“Estamos acostumbrados a la miel multiflora, la más común, pero también se producen las llamadas gourmet, apreciadas por otros consumidores, sobre todo europeos. Sería interesante que la gente supiera que tenemos mieles de todo tipo, como la de aguacate, que se produce en Mérida y Nayarit”.
Tras indicar que en el Laboratorio de Análisis de Propóleos de la FES Cuautitlán determinan la calidad de esas resinas como parte de la NOM publicada en el Diario Oficial de la Federación, invitó a consumir productos apícolas como miel, propóleos, polen y jalea real, que pueden ser adicionados a la dieta diaria con múltiples beneficios.
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