Por: Meztli Islas

El Juez 26 Penal, quien acreditó las pruebas ofrecidas por la Procuraduría General de Justicia capitalina en la causa 90/2016, ordenó procedimiento ordinario y auto de formal prisión a David Cabildo Corona por el delito de trata de personas agravado.

En el expediente se asentó que la afectada es originaria del poblado de Tecolutilla, estado de Tabasco, donde conoció al imputado, en 2011, cuando ella buscaba trabajo a los 16 años de edad, y con quien entabló una relación de amistad. Él le hizo creer que se dedicaba a la venta de ropa, que era soltero y vivía en Puebla.

En marzo del mismo año, llegaron a la Ciudad de Méxicodonde Cabildo Corona la hospedó en un hotel de Isabel la Católica y después a otro cerca de la estación Merced del Sistemas de Transporte Colectivo. Posteriormente, le ordenó pararse en la esquina de las calles Circunvalación y San Pablo. Le indicó la cantidad que tenía que cobrar por prostituirse.

La víctima fue obligada a prostituirse hasta diciembre de 2013, cuando ella decidió regresar a Tabasco con sus padres porque estaba embarazada. El 30 de abril de 2014, David Cabildo Corona, la alcanzó y al día siguiente, nació el hijo de ambos.

Después de siete meses, regresaron a la capital de la República y el acusado, la amenazó con no volver a ver a su hijo, por lo que la víctima accedió a seguir en la prostitución y permitir ser golpeada e insultada a pesar de cumplir con darle todo el dinero que ganaba.

El 22 de marzo, el imputado la cambió de San Pablo y Topacio a la calle de Sullivan en la colonia San Rafael de la delegación Cuauhtémoc, de donde la ofendida fue rescatada.

Después de varios meses de seguir la indagatoria, personal ministerial y elementos de la Policía de Investigación (PDI) fueron a Puebla, donde lograron asegurar al acusado en la Central Camionera, el 16 de mayo pasado, y recuperar al menor que fue entregado a su madre.

De inmediato trasladaron al detenido a la Ciudad de México donde quedó a disposición del Ministerio Público que lo consignó.

A su vez, la víctima recibió apoyo psicológico, médico y orientación jurídica por parte de la Subprocuraduría de Atención a Víctimas del Delito y Servicios a la Comunidad, y fue canalizada, junto con su bebé, a un refugio para su atención y protección.