Por: Redacción
Derivado de las pruebas presentadas por la Procuraduría General de Justicia capitalina, magistrados de la Sexta Sala Penal confirmaron la sentencia de 12 años, tres meses, 15 días de prisión contra Rubén Alejandro Cervantes Castro, quien aprovechando su actividad como taxista abusó sexualmente de cinco pasajeras a bordo de un automóvil Volkswagen, color vino con dorado, los hechos se registraron entre el 2010 y 2011 en las delegaciones Iztapalapa, Tlalpan, Álvaro Obregón, Coyoacán y Tláhuac.
Cabe precisar que en términos del artículo 79 de la Ley Sustantiva de la Materia, el juzgador le impuso al imputado la pena privativa de la libertad únicamente por el delito mayor registrado en marzo de 2011. Sin embargo, deberá pagar a cada una de las víctimas una suma de dinero por concepto de reparación del daño moral, que en total asciende a 199 mil 680 pesos.
De acuerdo con expediente, el primer abuso fue cometido el 15 de noviembre de 2010, cuando la primera agraviada, quien salió de su trabajo aproximadamente a las 00:05 horas, se encontraba en sobre la avenida Revolución a la altura del convento de El Carmen, colonia San Ángel, delegación Álvaro Obregón, y le hizo parada al taxi que era conducido por el sentenciado. Al ver que se alejaba de la ruta indicada, ella le ordenó que la dejara bajar, siendo ignorada por el chofer, quien unas calles adelante se orilló y mientras le apuntaba al estómago con un cuchillo, le pidió sus pertenencias y le advirtió que si quería ser liberada, tenía que tener sexo con él, obligándola a consumar el acto dentro del vehículo.
El segundo evento se registró el 12 de diciembre de 2010. Ese día, la afectada abordó un microbús, al salir de su trabajo ubicado en Miramontes y Calzada del Hueso, delegación Tlalpan, para dirigirse a la Turba, lugar donde solicitó el servicio del taxista, quien la condujo por calles desconocidas y tras amenazarla con una navaja la despojó de su dinero y el celular, para luego obligarla a acostarse en el piso del vehículo, que no tenía asiento de copiloto, con la cara tapada por aproximadamente una hora; acto seguido el sentenciado abusó sexualmente de ella.
El tercer hecho se efectuó el 12 de enero de 2011, aproximadamente a las 00:05 horas, luego de que la agraviada descendiera de un pesero en el cruce de las calles Turba y Angosta, colonia del Mar, delegación Tláhuac, donde le hizo la parada al taxi, conducido por el inculpado, para dirigirse con dirección a la colonia Selene. Durante el trayecto, el indiciado la cuestionó sobre su edad, lugar de trabajo e hijos, y de un momento a otro le exigió que le entregara sus pertenencias de valor, luego la sometió para bajarla del vehículo y la violó.
El cuarto evento tuvo lugar el 9 de marzo de 2011, alrededor de las 21:10 horas, en la calle Villa Franqueza, colonia Desarrollo Urbano Quetzalcóatl, delegación Iztapalapa, cuando la víctima abordó el automóvil de alquiler referido para dirigirse a su vivienda, pero al pasar por afuera de ésta el implicado se siguió de frente y dos calles adelante, la amagó con un cuchillo, le dijo que tenía una pistola entre sus piernas, que el taxi no era suyo sino robado y que acababa de salir del reclusorio, al que había sido ingresado por homicidio.
Posteriormente, la obligó a entregarle sus anillos y una cadena de oro, y le ordenó que se agachara para que no reconociera la ruta que tomaría. Diez minutos después el imputado paró la marcha del automotor y volvió amenazar a la mujer diciéndole que eran observados por cinco amigos de él y que si se resistía iba a tener relaciones sexuales con todos. Enseguida la desvistió, la recostó en el asiento trasero y abusó de ella; después, le pidió perdón y la liberó cerca de la calle Manuel Cañas.
El quinto evento ocurrió el 1 de septiembre de 2011, alrededor de las 6:20 horas, cuando la denunciante esperaba su transporte en la avenida Zihuatlán, colonia Pedregal de Santo Domingo, delegación Coyoacán, momento en que el sentenciado se acercó y le ofreció llevarla; la víctima se negó, pero el hombre le exigió que se subiera al taxi y le mostró un objeto punzocortante, y ante el temor de ser atacada, ésta abordó la unidad. El indiciado llevó a la mujer a un rumbo desconocido y mientras le realizaba tocamientos, la mujer le informó que acababa de ser operada de papiloma humano, por lo que el individuo la obligó a practicarle sexo oral. Después la dejó libre.
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